LA TRADICION CULTURAL DEL CACAO
Como la cultivan y procesan por sucesión familiar los productores desde principios de Fundación de Yaguaraparo.
El Vivero: para construir el vivero de las plantas de cacao hay que seleccionar las mejores semillas, se les elimina la baba con aserrín, lavan y colocan en un papel húmedo para que germinen. A los tres días se colocan en bolsas plásticas llenas de tierra negra adecuada para su crecimiento. Esta porción de tierra esta compuesta por un abono natural conocido como: “tierra Negra”. La tierra negra es de materia agro orgánica, puesta a su descomposición natural en los ejuyaderos, compuesta por la misma concha desechada de la maraca del Cacao.
Mantenimiento: para su mantenimiento y crecimiento hay que regarla, protegerla contra plagas, enfermedades, realizar desyerbes y otros hasta que se cumplan tres meses, en ese periodo estarán lista para su cultivo en un terreno fértil, con sombras densas y suelos ricos en capas agro orgánicas y humíferas.
Cuando haya alcanzado su tamaño recomendado, se extrae la pequeña planta del vivero para su transportación, sin embargo, antes de ejecutar esta operación hay que deforestar el terreno de arbustos y hierbas donde se procederá a sembrar la planta, hay que tener en el lugar una arboleda apropiada que le de sombra y la resguarde del sol. (Árboles de apamate, caoba, bucares, Mangos, otros.)
La finca: Hay que esperar dieciocho meses para poder tumbar el fruto maduro. Mientras trascurre el tiempo hay que desmalezar el terreno, curar la planta de insectos dañinos y crear un sistema de riego apropiado que mantenga húmeda la zona cultivada.
Al cumplir la etapa de espera se procede a recoger la primera cosecha, las cuales son siete al año dependiendo del clima cálido y de la lluvia que hace que se pierdan a veces cosechas enteras. La lluvia crea en las maracas del cacao una enfermedad que los productores denominan la mancha negra.
El productor tumba las maracas de los ganchos de las matas de cacao, utilizando una hoz en forma de cabeza de águila que ellos llaman”Esgarretadera”, esta arma punzante y cortante la insertan en una vara de Bambú seca y curada, la cual tiene una altura aproximada a los tres metros.
Después de la tumba proceden a recoger las mazorcas en sacos de pita y cargadas a hombros hasta el ejuyadero.
En el sitio el “Picador” con un “tocón” corta las maracas por la mitad y las arroja a los desjuyadores que extraen de la baya del cacao “El mojón” o los granos babosos y blancuzcos con una pequeña paleta de madera o cuchara alargada y afilada en su punta. Estas paletas siempre la hacen con la planta del café, roble, puy y naranja por su dureza y durabilidad. Algunos “desjuyadores” han mantenido estas paletas durante generaciones.
La Casa Rodante: del ejuyadero empacan el cacao en baba en sacos y lo cargan en burros para trasladarlos hasta la Casa Rodante. En la Casa Rodante o corredera que es una especie de Vagón de almacenamiento del secado del cacao, el producto se guarda durante cuatro o cinco días para su fermentación y enfriamiento natural.
A los cinco días se procede a retirar los granos del tallo por los “espaladores” y se van extendiendo en el piso de madera de la Casa rodante, moviéndose de vez en cuando para que el grano de cacao seque completamente y quede dispuesto para la venta y procesamientos diversos. La almendra se vende por kilogramos (1000 gr. un kilo por fanega que hacen 50 kilogramos).
El sol hará el secado natural y dorara los granos para su posterior comercialización. Este evento dura aproximadamente de cinco a seis días dependiendo del recalentamiento solar y el cambio de clima. Si el cacao llega a mojarse en la Corredera este se pone de una coloración negrusca, le cae moho blanco y si no restaura a tiempo le cae el moho amarillo y se pierde por completo.
Cuando el sol ha efectuado su labor, el productor traslada en burros el oro de la tierra a los comercios destinados a la compra del producto.
Bolitas de Cacao: en la cosecha del rubro cacaotero las mujeres recogen afanadas las huérfanas o maracas de cacao que quedan ocultas en los arbustos. Las espalan y ponen a secar las semillas. Los granos secos lo echan en pailas de hierro y en el fogón lo tuestan hasta que la concha crujiente se despega de la almendra, luego las muelen en pequeños molinillos de hierro.
Del molinillo sale una masa de consistencia suave, de color pardo oscuro y brillante por el aceite que despide la almendra. Esta masa es condimentada con especies aromáticas: clavo, canela, anís y nuez moscada, agregándole una pizca de azúcar o papelón, leche condensada o leche pasteurizada, después es amasada y convertida en pequeñas bolitas ovaladas.
En las tardes el líquido espumoso e hirviente de un color pardo blanquecino humea el entorno con su rica fragancia a cacao criollo, abriendo un deseo por el gusto a su delicado sabor, la mezcolanza de la fragancia inunda el ambiente pueblerino con su pureza y exquisitez tradicional.
Tradiciones: después que el productor vendía su producto en los comercios se emparrandaba, eran días de fiesta, alegrías y borracheras. Emocionados celebraban La cruz de mayo dando gracias por la producción obtenida y la economía prestada. Eran días de júbilo para el Campesino, algunos se perdían semanas del hogar en parrandas consecutivas y regresaban limpios del bolsillo, pero cargados de víveres y otros enceres para el hogar.
La deidad de promesa paganas al gran poder de Dios era una actividad mensual que se aunaba a las riñas de gallo, las fiestas de los carnavales, las patronales y la celebración en grande de la navidad que se iniciaba el 1º de diciembre y culminaba en el mes de enero del año siguiente en el día de Santa Inés, a veces se prolongaba hasta el 3 de mayo en la celebración de la Cruz de Mayo.
El producto agrícola antes lo vendían en las bodegas, después a los mayoristas los cuales pagaban más y fiaban víveres a sus acreedores, entre ellos: Evaristo Velásquez y Rafael Mendoza, el fiado era un interés de los comercios para endeudar al productor y luego quedarse con toda la cosecha... era un ciclo, a veces esto no permite el enriquecimiento del productor que vive mártir de su sacrificio, sudor y familia.
Con la fundación del Fondo Nacional del Cacao en Yaguaraparo los mayoristas fueron casi olvidados por los productores del rubro.
El Fondo Nacional del Cacao les daba mejores prestaciones y un servicio que se denominaba “El remanente” era una opción de ahorro automático cobrada por el productor, constituido en un porcentaje acumulado por cada Kilo de cacao que vendían a la institución comercial. Todos los años en el mes de diciembre el productor agrícola cobraba con alegría y esperanza su aguinaldo en el FNC. Este ente promotor del desarrollo cacaotero municipal, desapareció hacia los años noventa debido a la corrupción administrativa que utilizaron los empleados de la empresa agro social.
En los años 1990 aparecieron las Comercializadoras de Cacao, la primera fue Aprocao que rivalizó con precios más bajos por los ofrecidos por el FNC. El fondo Nacional del Cacao debido a su corrupta procedencia perdió estabilidad y se extinguió dando paso a la nueva Comercializadora de Cacao del Productor de Cajigal, quien comienza a rivalizar con otras comercializadoras que se fundan en Yaguaraparo.
Durante la década de los 90 y en el nuevo milenium se han creado mas de diez comercializadoras del producto agrícola en Yaguaraparo. Los dueños de estos centros en menos de dos años se han enriquecido rápidamente con el sudor del productor agrícola, mientras el campesino que ejerce intensamente la tradición del Cacao vive en una constante pobreza.
Como resultado de trabajar con el cacao se obtienen muchos derivados que se elaboran a través de procesamientos distintos tales como: suavizantes de la piel, cosméticos, medicamentos, jabones, grasas alimenticias, chocolates, helados, tortas, y entre otros, procesos generados en el ámbito industrial, mediana y pequeña industria y en el ámbito domestico. En el Municipio Cajigal los productos más comunes que se elaboran son las bolitas, el ponche, el cacaito dulce y bebidas calientes.
Observaciones: La mayoría de las tradiciones y manifestaciones culturales surgían de los campesinos, productores agrícolas y pescadores del pueblo, celebrando sus fiestas con motivo de buscar relajamiento espiritual, citas, encuentros, recreación cultural y social.
INTERACCIÓN ANTILLANA
Encuentro entre dos pueblos
El cacao impulso su auge económico en Yaguaraparo hacia los años 1880-1930. Esta actividad agrícola generó la creación y consolidación de casas comerciales que se interaccionaron directamente con la isla de trinidad.
Ha mediados de los años 1900 el entorno económico del pueblo yaguarapararero fue favorecido por las condiciones geográficas y sus suelos altamente agro orgánicos y/o humíferas, aunados al desarrollo demográfico y comercial, permitiendo el progreso de una economía agrícola, basada fundamentalmente en la exportación del cacao, cultivo que enraizó muchas de las costumbres, gastronomía, tradiciones y sustento diario de los pobladores.
“La demanda del cacao en el mercado nacional contribuyó a emplazar las bases de núcleos familiares y a partir del siglo XVIII iniciaron la consolidación de Yaguaraparo como entidad regional con fisonomía de localidad agrícola-rural”. Para el periodo de 1880-1930, La consolidación comercial estuvo a cargo de casas comerciales que se asentaron en varios municipios del Estado Sucre con la Isla de Trinidad. La exportación de cacao propicio la creación de un capitalismo agro comercial originando la formación de una pequeña burguesía, conformada por los dueños de las casas comerciales, propietarios de las tierras y de la monopolización de toda la producción y mercadeo del cacao.
El patua
Una lingüística de etiqueta.
Esta forma de expresión verbal fue adquirida por muy pocos pobladores, su uso se extendió en la población por pequeñas frases y nombres de algunos productos, alimentos, dulces y canciones. Tuvo su época de origen a partir de los años 1880, cuando se inició el intercambio comercial con la exportación de la almendra del cacao con la Isla de trinidad, convirtiéndose esta forma de expresión en una segunda lengua en la población de Yaguaraparo. Una cantidad de negros antillanos, entre ellos los denominados “Culi” (negros procedentes de la isla de trinidad con la cabellera liza y brillante) dieron forma a esta labia, cuya fue muy utilizada en una época por la familia Aguilera, esta procedencia a finales del siglo XIX crearon en el pueblo la tradición folclórica de “Los Tambores de Yaguaraparo”. En sus canciones fue utilizado esta lingüística para general sus cantos y danzas Afro americanas. Una de estas canciones rica en esta lengua originaria es “La Cairola”
FAMILIAS ANTILLANAS EN YAGUARAPARO
Con la familia Aguilera se establecieron otras personas en Yaguaraparo, procedentes directamente de la isla de Trinidad, entre ellos uno que denominaban Redi el Inglés.
La Familia Aguilera fundo el pequeño caserío “costa de Paria” asentado en las adyacencias del pueblo. Yaguaraparo para esa época era constituido únicamente por la calle Bolívar. Para los años cuarenta este pequeño caserío se conocía como Sector Costa de Paria y más tarde en una calle que se denominó “El Brinco”, al desarrollarse demográficamente el pueblo y sus calles se fueron empalmando con las pequeñas fundaciones adyacentes, la calle el brinco paso a ser Calle Cantaura.
La Familia Hermanos Sol y luna:
Eran dos hermanos procedentes de la Isla de trinidad que se residenciaron en Yaguaraparo, en la población los denominaron de esa forma porque eran Curiosos y brujos a la vez. Mientras Luna (Colina) sacaba daños y curaba a la gente, sol era inverso, echaba daños y maledicencia a la gente del pueblo.
Jesús El inglés:
Era un maestro albañil y con dotes de arquitectura, originario de la Isla de trinidad. Fue contratado en el año 1940 por Fernando Romero para que construyera una Casa que le sirviera para vivir (planta alta) y un local comercial (planta baja) donde funcionó La Botica “la Estrella” La casa está ubicada en la calle Bolívar de Yaguaraparo, frente a la Plaza Bolívar y es propiedad del Artista Plástico Newton Marval, hijo natural de Fernando Romero.
APORTES CULTURALES ANTILLANO
Enraizados con los del pueblo.
La cercanía a las adyacencias de Yaguaraparo con la isla de trinidad, agrego modalidades gastronómicas inglesas, hindúes y francesas por la vinculación comercial con la isla de Martinica. De esa opulenta variedad de manjares y bebidas, Yaguaraparo adquirió para el sancocho de pescado: el guiso de la guasa o el mero, el jurel salado y otras variedades de peces del mar, así como de Rió: la Coscoroba, el Querepe, el Yarao, Cachua, la Guara-guara o Corroncho, el Conchuo y el Juimche que sirvieron para preparar los sancochitos de Río entre el convite de amigos y paisanos.
El bagre amarillo es el preferido de los comensales, el cual es preparado con coco, su sazón es muy especial por la variedad de verduras y condimentos que se les aplican: ocumo, ñame, auyama, zumbí, chaco o batata, yuca, chino y mapuey. Aliños: ají, tomate, cebolla, chinbombo, pepinillo, vinagrillo, ajo, cilandro y el buen acompañamiento de la bola de plátano verde, cazabe o Juan Cucu. Otro sancocho muy especial es el mondongo. Entre la gran variedad culinaria: el chicharrón, la morcilla, el chorizo, pelado de cangrejo, talkarí de chivo, cuajada o pastel de morro
coy, tortilla de cazón, empanada de cazón, bollo de maíz tierno, cachapa, arepa de maíz “pelado o raspada” y la dulcería criolla; el gofio, los Golfeados, “encaramado”, melcocha, barriga de vieja, turrón de coco, arroz con coco, dulce de lechosa, dulce de lima o toronjas, dulce de leche, capullo, majarete de maíz tierno, tequiche, el esnovour, entre otros.
Los aguardientes de fabricación doméstica se preparaban en celebraciones y actos culturales específicos: la leche burra, “el singa parao”, canelita, cacaito, ponsigué y la botellita de ron compuesto que en ocasiones la preparan con diferentes montes, acompañada con serpientes, alacranes y diferentes cortezas de árboles, no faltando cierta cantidad de jugos, merengadas y carato que formaron parte de las bebidas típicas, entre ellos: de lechosa, mango, arroz, maíz y guanábana, el guarapo de piña, caña y el mabí, fueron en otrora refrescos populares de la población, así como las conservas de batata, ocumo, castañas y guayaba. Las modalidades culinarias oriundas de las Antillas fue el resultado de los intercambios mercantiles que se desarrollaron en Yaguaraparo, sin embargo, fue Guiria por ser la costa más cercana a la Isla de Trinidad heredera de la lista más larga del menú socio cultural e histórico de Paria. Actual no existe relación alguna con la Isla de trinidad. Todo contacto social se extinguió, dando paso a una historia socio cultural que se difumina en el tiempo.
CREENCIAS Y RELIGIONES
la Religión de María Cherce, consistía en hacer ritos y ensalmes de Magia negra, baños, sacrificios de animales, incluso se murmuraba de seres humanos o niños dedicado a la oscuridad. Los aspirantes para poder ingresar a la religión de María Cherce, tenían que introducirse en una poza a las 12:00 de la noche y zambullirse durante 30 a más veces. Según María Cherce era nativa de la Isla de Trinidad.
Muchas oraciones para curar y echar daños fueron introducidas en las creencias del pueblo por extranjeros antillanos, entre ellas “El animasolas”.
Actual no existe manufactura antillana laborando como peones o asalariados en las haciendas de la localidad, solo quedan sucesiones familiares, pero laborando en terrenos propios, adquiridos por sucesión, posesión o invasión. En Yaguaraparo aún existen personas que hablan el Patuá, aunque es una rareza localizarlos.