DESARROLLO DE LA VIDA MESTIZA EN YAGUARAPARO
Plano esquemático de las principales calles de Yaguaraparo |
EL CRIOLLISMO EN YAGUARAPARO
MEZCLAS DE RAÍCES
De la casona “El otro Lado” se abrieron los caminos y el mangle arraigó otro origen, EL paisaje antes denso y perdido se despejo ofreciendo al desnudo su belleza inquietante. De la fertilidad del suelo fértil y humífero, aunados a la noble visión de sus habitantes surge el naciente pueblo de Yaguaraparo.
El pueblo Yaguaraparo
es paraíso de luz
allí nacen al trasluz
poetas en su amparo
el pintor casto y claro
dibuja su hermosura
El cantor se apresura
en cantar su grandeza
y beben con ligereza
de su agua clara y pura.
Calle Bolívar o el Casco Histórico del pueblo. Casas con más de 150 años de antigüedad. |
El pueblo fue alcanzado forma e importancia, transcurrieron los años bajo un ambiente aldeano, hasta que transeúntes viajeros se percataron de la fertilidad de la tierra de Yaguaraparo e incidieron a replantar el cacao, el café e introducen pequeños rubros como: el ocumo, el ocumo chino, ñame, caña de azúcar, naranjas y se agrega en grande los aguacates y cocoteros.
Para obtener materiales para la construcción, adquisición de bienes o de diferentes materiales como: láminas de pizarra para techado, muebles, armarios, madera, bisagras, ventanas metálicas cuyas eran forjadas con el yunque del herrero, así como una variante de víveres, licores, cigarrillos y tabaco, tenían que trasladarlos en embarcaciones desde la Isla de Trinidad. Eso contribuía que el puerto de Yaguaraparo fuera escenario de numerosas exportaciones de cacao.
Muelle de Yaguaraparo antes y después |
Continúo el ritmo pueblerino, se establecieron en la región señores de la época, se convirtieron en poderosos hacendados, en caciques del pueblo, teniendo bajo control nutridas peonadas mal asalariadas, muchos de ellos Margariteños y “Culies “(Raza de negros con la cabellera liza, negra y brillante procedentes de la Isla de Trinidad). A veces después de haber finalizado los peones cientos de jornadas, eran vilmente eliminados para no cancelarles el salario.
En el año 1885 Yaguaraparo fue declarado como Parroquia del Distrito Arismendi y cinco años después en el año 1890 es elevado a Municipio, organizándose el registro civil y nombrándose como jefe civil al ciudadano: Eduardo Mendoza.
La religión fue introducida desde la fundación del pueblo por el Padre Fraile Silvestre de Zaragoza. La fe Social Cristiana Católica Española se extendió en los indígenas que muy poco la absorbieron, en cambio los criollos o mestizos la convirtieron en la manifestación de mayor importancia, profundamente valorada a través de sus aspectos espirituales y culturales, arraigada de los frailes que indujeron su formación eclesiástica en las nuevas generaciones.
Esta manifestación religiosa fue conservada a través de los años por una sociedad unida en la población, constituida por fuertes lazos de hospitalidad y respeto. Los pueblerinos impulsados por esa fe de hermandad y humanitarismo social, deciden entre los años 1856 a 1875 construir una iglesia con techumbre de tejas, siendo su constructor el Sr. Juan Bautista Sisco, esta etapa se termina en el año 1882.
En el año 1909 deciden establecer una sociedad Pro-Templo, que quedo construida de la siguiente manera: Presidente Antonio Russian y el Vicepresidente: Domingo Villarroel. Integrantes: Jerónimo Ravelo, Federico Ramírez, José Felipe Rivera y Juan Bautista Felce.
Para la construcción de la nueva iglesia, deciden realizar una colecta en la vecindad, logrando reunir la cantidad de 12.000 bolívares. La construcción se inicia el día 12 de julio del año 1909. Los planos fueron elaborados por el Dr. Manuel Russian, quien tenía dotes de arquitectura y el Maestro de construcción fue el Sr. Víctor Hermoso.
El templo anterior estaba ubicado aproximadamente a diez metros del actual, cerca de la Esquina diagonal con la Escuela Básica, Dr. Juan Manuel Cajigal y la Calle Bolívar.
En el año 1920 estaban asentadas en la población 426 casas, existiendo una cantidad de 2.387 habitantes.
Casa-comercio de origen criollo con influencia de arquitectura española, construida en los años 1950 y aun sigue utilizada para los mismos fines comerciales: bodega y parada. |
Procedencia de Repoblación
La mayoría de estos habitantes eran extranjeros que se internaban en las montañas, huyendo de las dictaduras y guerras políticas de la época. Estos emigrantes fundaron una gran cantidad de pueblos en las adyacencias y montañas de Yaguaraparo, talando las intrincadas montañas para la construcción de sus casas-bahareques y el fomento de la agricultura, logrando cultivar en mayor auge el cacao y el café.
Estos cultivos visionaron el avance progresivo de los campesinos, generando con esta actividad el símbolo productivo socio económico y cultural de los habitantes de Yaguaraparo. Esto enmarcó un nuevo concepto de desarrollo rural, por cuanto contribuyó a incrementar considerablemente la calidad de vida endógena de los pobladores.
Tradición y folclor
Una gran variedad de tradiciones, costumbres y manifestaciones culturales se arraigaron de los caseríos, inducidos por una alternativa de manifestaciones individuales, familiares y colectivas, originando distintas costumbres e interrelaciones culto sociales que impulsaron cuantiosos beneficios culturales y productivos durante muchos años.
El pájaro GUARANDOL una manifestación folclórica que paso de pueblo en pueblo y se quedó en Yaguaraparo. |
El Pájaro Guarandol
Es una comparsa formada por un grupo de personas de las cuales 3 representan a los personajes principales de la historia: el pájaro guarandol, el cazador y el brujo. La historia se complementa en torno a la caza del ave, el canto evoca una súplica para qué no lo asesinen. A la final sale un brujo que soluciona el problema acontecido con el pájaro guarandol, lo cura y lo resucita.
El Pájaro Guarandol (Letra)
No me lo mate, no; señor cazador, que este es mi Guarandol que picó la flor.
Guarandol:
Guarandol a mi me llaman, y de lejos vengo yo; huyendo del cazador porque le piqué la flor.
No me lo mate, no...
Cazador:
De Francia vengo, señores, soy cazador afamado en busca del Guarandol que tiene el pueblo alarmado.
No me lo mate, no...
Cazador:
Si se lo mato, sí con mucho dolor; porque fue a la planta y me picó la flor.
No me lo mate, no... Llora el perro por el hueso con lágrimas de dolor, así lloraban los indios al pájaro Guarandol. Ya se murió Ña Juliana, ya se murió el Guarandol, mi Guarandol me lo pagan o me muero de dolor.
Otras tradiciones mas puras: (creadas por el colectivo del pueblo)
En esos tiempos de gloria cultural y del naciente poblado, surgieron sus puntos de encuentros, manifestaciones, creencias, costumbres, celebraciones, el comercio, sus Fiestas patronales, cantos populares, celebración de la Cruz de Mayo, los Tambores de Yaguaraparo, la vendedora de Arutas, las peleas de gallos, velorios al gran poder u otras.
Tambores de Yaguaraparo: Ayer y hoy... |
A partir de los años 1930 se inicio una emigración hacia Guanaco, Guariquen y Caripito, Para la época había explotación de asfalto del lago de Guanaco y la explotación de los Manglares para la utilización de la corteza para la elaboración de carbón y también como fuente de taninos en el curtido de cueros. Esta materia prima era exportada.
En el año 1941 por la modificación de la ley político territorial, aun siendo un pequeño pueblo, Yaguaraparo es ratificado como Municipio, sin embargo, perteneciente a la Fundación del Distrito Arismendi. Bajo la potestad del Distrito Arismendi el pueblo surgía paulatinamente y su desarrollo era adsorbido por Río Caribe, pueblo que percibía todos los recursos y demandas sociales que exigía Yaguaraparo para su posible superación. La comunidad Yaguaraparera sintió la necesidad de ejercer sus derechos de soberanía y hacia los años 1960 deciden organizarse para crear un grupo constituido por personas capaces de lograr los objetivos propuestos, en especial la independencia que tanto añoraban para la comunidad.
Es así como logran compactar y conformar la firma progresista de Yaguaraparo, quedando integrada de la manera siguiente: Brígido Méndez Guerrero, Almira Marcano Villarroel, Águeda Venturini, de Moran, Ángel Manuel Salazar, Juan Onofre Marcano, Aquiles Rafael Salazar, Luis Alberto Marcano Villarroel, José Luis Bello Guerra y Félix Antonio Farìas. No sería fácil la misión que se proponían ejecutar y el 6 de abril del 1964 realizan su primera reunión que daría paso a la consolidación de ideas sólidas, propiciadas a general el cambio necesario que radicaría alternativas hacia la Independencia demográfica, socio cultural y progresista. Con esta manifestación realizan los inventarios concernientes de los aspectos sociales de Yaguaraparo y determinan que era un pueblo capaz de auto proyectar su progreso, determinar sus ingresos, desarrollo y justificación rural y urbana.
Entran estos recaudo a la Asamblea Legislativa, presidida por el Dr. Oscar Prieto Ruiz y realizan en sesión del 20 de diciembre de 1965, conjuntamente con 18 diputados un estudio profundo de tan valorable extracto social y es así como ilumina por fin una luz al naciente pueblo de Yaguaraparo, cuyo fue liberado unánimemente por la organización de la firma progresista. Es de agradecer con méritos y honores la Independencia del pueblo y su territorio adyacente, al lograr que se decretara el 22 de febrero del año 1966 como Distrito Cajigal con sus tres Municipios: Libertad, Yaguaraparo y el Paujíl.
Fotografía del año 1966 cuando Yaguaraparo se liberaba del yugo del pueblo de Río Caribe |
Se estableció la creación de una Junta administrativa Municipal, con las atribuciones que las leyes establecen para los Consejos Municipales. Para iniciar a tan laboriosa Obra Municipal, la Asamblea Legislativa nombro una Junta de cinco miembros, conformados por los siguientes ilustres: Luis Alberto Marcano Villarroel, quien le presidio, Águeda Venturini de Moran, Leticia Felce, Luis Villalba y Almira Marcano.
Don Josè Luis Bello Primer Sindico Procurador de Yaguaraparo |
El primer Sindico procurador del Distrito fue José Luis Bello Guerra y el ultimo presidente de la Junta Comunal fue Lucas Carrera.
En diciembre de 1968 fueron electo en forma democrática y por vez primera en el Distrito la elección de Concejales, quedando la Junta administrativa constituida por los siguientes Concejales: Pedro Marcano Prado, Dr. Porfirio Suero, Ángel Antonio Cedeño, Héctor Zapata Rojas, Eladio Ávila, Erasmo Felce, y Luis Villalba. La Cámara la presidio el Sr. Pedro Marcano.
Es así como se complementa el avance significativo e histórico de un pueblo que no se permitió morir bajo el yugo perpetuo del Municipio Arismendi. Un intenso ideal inspira a los Yaguarapareros que buscan arraigar todos los aspectos de su desarrollo económico, social, cultural y educativo. Atrás quedaba el primitivismo, adelante la visión de un futuro que les abría las puertas a su progreso inmediato.
Fue hacia los años de 1980 cuando los caseríos asentados en los campos de Yaguaraparo fueron despoblados por sus habitantes, repitiendo una vez más la historia de nuestros ancestros, los indios Guaraunos. Estos pueblos quedaron en la soledad y sus pobladores emigraron hacia otros lugares en busca de una mejor calidad de vida. La mayoría de los habitantes rurales se trasladaron hacia distintas ciudades, en especial la Capital del País y otros se estacionaron en Yaguaraparo. Un 90% de estos caseríos desaparecieron, el 8% son fantasmas y solo el 2% están poblados. Muchas plantaciones del cacao se perdieron y los cultivos de café se extinguieron en su totalidad.
A pesar de cualquier contradicción Yaguaraparo ha ido evolucionando paulatinamente sobre sus diversas etapas sociales, demográfica, agrícola, comercial y cultural, aunada a cierto factor social conformado por los emigrantes extranjeros que contribuyeron a emplazar esta evolución.
Domingo Matey el Ultimo de los Gómez anclado en el pueblo de Yaguaraparo
YAGUARAPARO
“La tacita de Oro” Aspectos Económicos.
La economía de los habitantes de Yaguaraparo está representa por la agricultura, aunada a la pesca artesanal y de otras actividades menores para subsistir.
Sus principales rubros agrícolas el cacao, el coco y el café, este último se extinguió de las fincas agrícolas de la población. Entre otros existe una mediana producción de raíces y tubérculos como al ocumo, la yuca, ñame, aguacate, bananos, cítricos y en menor productividad el maíz, tomate, auyama, melón, patilla, y el ají.
En el mercado se comercializa el producto extraído de Golfo Triste, predominando la venta del Bagre amarillo y sus derivados, así como pescado salpreso y salado que era expendido en el mismo local por el Sr. Jesús Vásquez, conocido popularmente como pelo é caña, actual esta venta fue heredada por uno de sus hijos.
Jesús Vásquez comerciante de pescado salado y salpreso en el mercado Municipal desde el año 1967 |
Mujeres calcinadas por los años hacían empanadas de cazón en el mercado, en épocas remotas se vendían por un centavo. Este precio fue aumentando a medida que transcurría el decurso de la siguiente manera: “un medio, un real, medio real, un Chelín, cinco reales, una peseta, un fuerte, diez “bolos”. Actual llegan a cinco bolívares fuertes.
María Flores desde el 1989 esta vendiendo empanadas de Cazón en el mercado de Yaguaraparo. |
No faltaba por las calles vendedoras ambulantes de casabe, “arepa raspada”, huevos criollos, los gofios, las meriendas y golfeados de “maximito”, los chorizos y morcillas de los Codallos, los turrones, besos de coco y ponqué criollos que hacia la Sra. Hilian Mendez quien contrataba para la venta de sus meriendas los servicios de los hermanos Benco y Algencio Monasterio, (Ex Alcalde del municipio Cajigal), los exquisitos majaretes de maíz cocidos en fogón por Pilar Larez, las chichas con canelas de Pablo “El chichero”, los ball of show (Bola de nieve) de Pablo José, hoy conocidos como raspados o cepillados. Estos helados granizados el Sr. Pablo José los elaboraba en base a jugos de frutas naturales, en especial el de parchita y el de jobito criollo.
Otras producciones similares eran producidas y expendidas en los mismos hogares, en pequeñas tiendas o bodegas tales como: los pitones, merienda negra, las Maria Cristina, la barriga de Vieja, los capullos (caramelos en forma cónica y puntiagudos) que hacía la Sra. Sara Ziraldo. Estos caramelos eran consumidos golosamente por la diversidad de escolares que asistían a la escuela Juan Manuel Cajigal, caramelos que eran vendidos a centavos c/u, cinco por un medio, diez por un rial, y veinte por un bolívar.
En igual manera la venta casera de bolitas de cacao, las famosas meriendas del encaramado, las melcochas y la menta eran derivados exclusivos que daban vida económica, cultural y de la subsistencia del poblado.
Entre el renglón socio cultural se unían en esta labor productiva las Carpinterías Artesanales, donde podemos mencionar a Callenè Villalard quien realizó las primeras sillas artesanales en el pueblo, utilizando materia prima o bejucos y cañas originarias del entorno, conocidos en el pueblo con los nombres de: bejucos del Mamure, cuatro canales, cinco estrella, Penito, entre otros y la utilización de la caña brava y el camuare.
La mayoría de los pobladores adquirieron y utilizaron las sillas que construía Cayene. En la foto de los años 70 Ricardo Corazón de León, Redí o Pancho Único. |
El finado Juan Moya Rodríguez construía urnas de madera de cedro y una variante de muebles criollos en su pequeña carpintería. Para talar y aserrar grandes árboles utilizaban unos largos serruchos, halados por dos personas por sus dos extremos. Con esta herramienta rustica pasaban semanas para poder sacar algunas tablas y listones.
Algunos pobladores vendían leña; las pequeñas costureras confeccionaban ropa por encargo; en la recolección de las cosechas de coco, café, y cacao los dueños de las plantaciones reclutaban grupos de mujeres que se vestidas con ropaje masculino, ensombreradas, con botas plásticas o alpargatas, cargaban tabaco, mechones y una lata que les servía para hacer humo el cual ahuyentaba a los tediosos zancudos.
Estas mujeres solían partir a las 4:00 de la mañana a cumplir su faena que consistía en “sacar la pulpa del coco”, “espalar cacao”, y recoger el café, mientras otra cuadrilla de hombres recogía el cacao o el coco para apilarlo en el “ejuyadero”.
En Yaguaraparo existió un vistoso puerto fluvial, asentado en la desembocadura del Río Cumaná y a principios del Golfo Triste. Este puerto se usó para la exportación del cacao y la importación de materiales de construcción, madera, muebles, víveres u otros, un libre comercio que se realizaba permanente con la Isla de Trinidad que para la época dependía de la Corona Británica.
El cacao se constituyó en una de las primeras fuentes de intercambio comercial en Yaguaraparo, esto define al pueblo como un potencial productivo del cacao desde la época Hispano europea hasta hoy.
El cacao de Yaguaraparo es de una alta calidad, de fragante olor natural, sabor delicado y exquisito al paladar. Este aun no ha logrado ganar mucho prestigio, la comunidad cree que el cacao de Cajigal merece un Merito prominente internacional, sin embargo, los grandes beneficios culturales, económicos y meritos como el caco de mejor calidad y mayor productor del rubro lo tiene el Municipio Arismendi y su Capital Río Caribe, a pesar que el Municipio Cajigal y su Capital Yaguaraparo tienen las mejores tierras fértiles de la zona de Paria, una producción a gran escala y un cacao de absoluta calidad, aroma y sabor exquisito al paladar.
Inés Gil (Campú) y Juan Luis Aguilera, integrantes de los Tambores de Yaguaraparo, cantaban la siguiente canción, elogiando a este insigne pueblo y su producción de cacao:
Yaguaraparo querido
pueblo de la agricultura
se gana mucho dinero
cuando el cacao se madura
Yaguaraparero ese soy yo
el negro que baile bueno con el tambor
Yaguaraparero ese soy yo
el negro que canta bueno con el tambor
Te llaman rey de las palmas
Rey del cacao y el café
con tus muchachas bonitas
de donaires y altivez
De la mayoría de estas actividades económicas que se establecieron en Yaguaraparo se extinguieron, predominando únicamente en el tiempo como única subsistencia el conuco, una empobrecida producción del coco, del cacao y de una muy reducida fuente pesquera.
Grandes plantaciones de café se perdieron, dando pasos a escabrosa y densas montañas, los campos quedaron desocupados por la emigración en masa de sus habitantes, se dejó de criar aves domesticas, chivos y cerdos, desapareció la producción y venta de productos de consumo; meriendas, jugos, chicha y raspado de jugos naturales pasaron a la historia, hoy solo se comercializa la “teta”, (helado) y el raspado fabricados con colorantes artificiales y agua azucarada.
Aun sobreviven las empanadas de Cazón, actualmente están rellenándolas con caraotas, pescado ó pollo; de los vendedores ambulantes solo quedan dos como lo son: la Sra. Dominga Crespo con sus tradicionales majaretes de maíz y la Sra. Machela Giral con el pati coco, las “tetas” de parchita, mango, guayaba o tamarindo, no dejando de mencionar la venta de agua de coco, chicha, agua de papelón con limón y los raspados azucarados de Juan Benita.
Foto: Dominga Crespo la "Majaretera" |
El rápido crecimiento de una población incrementada a su pobreza económica, generó la invasión de terrenos bajos, pertenecientes a la Municipalidad, acción que junto a la de emigración dejaron casi en total abandono las tierras altas. Esto ocasiona grandes pérdidas de las plantaciones del cacao y la extinción de las cafeteras.
Actual funciona el Centro comercial “Chenche”, buhoneros comercializando ropa, alimentos, frutas y utilería domestica, Bancas de lotería, Juan Rodríguez y Juanchi Mierez con sus carpinterías artesanales, Arístides Rodríguez con su taller de latonería y pintura, la empresa productora audiovisual EAN, la Voz del Mercado de Manuel Contreras y Juan Yeye García, actual fundada como una emisora radiofónica que se llama Pariagoto, La peladora de pollo del mercado, varias productoras de bloque de construcción, Charo con su trasporte rural, la procesadora cooperativista de café, Ciber, centros de comunicación, minitecas que destruyen la paz del pueblo y varias comercializadoras de Cacao que siguen exprimiendo al productor agrícola.
Al lado derecho el centro comercial "Chenche" |
Terreno solariego donde estuvo asentada la Casona de los Ruices Oduardo |
ESTAMPAS CRIOLLAS
EL CRIOLLISMO
“La Casona del Otro Lado”
Tiempos aquellos de serenatas, soles y cazuelas, recuerdos nostálgicos que el sol de la mañana los torna soñoliento e interminables. Esa indeleble nostalgia trae aun fresca a mi memoria la misteriosa y hermosa ruina de la casona del Otro Lado que fue construida por los Ruices Oduardo en el Otro Lado, hoy conocido como Sector Cajigal en honor al Sabio Juan Manuel Cajigal.
A inicios de los años 70, apenas con 8 años me atraían sus deterioras ruinas, inmersas en el olvido, ruinas perdidas en un océano de hojas secas, enredaderas, camino de “Matos” (lagartijas) y colonias de “Bachacos” (Hormigas gigantes). A su lado norte, a pocos pasos donde fue construida la casona de los Ruices quedaba lacónico un hoyo profundo, compuesto por una redonda boca oscura como la noche, hacia lucir los empobrecidos vestigios de un triste y solitario Aljibe, construido con piedras apretinadas, era la fuente de agua donde extraían y se surtían del líquido vital la familia Oduardo Ruiz.
Alrededor del aljibe existen regados en todas direcciones una variedad de fragmentos de lozas de jarras, cazuelas, platos y fragmentos de tejas y ladrillos de la época.
En el otro lado, en esa casa inundada de cuentos, leyendas y fantasmas habitó el sabio Juan Manuel Cajigal en sus últimos tiempos difíciles, al sufrir irremediablemente la perdida de la razón y ocupaba su tiempo contando las estrellas en las noches de luna llena.
“En los días tranquilos, sentado en una mecedora, frente al portal de la casa señorial asentada en el corazón de la profusa vegetación, Juan Manuel Cajigal contaba uno a uno los granos que contenía una medida de maíz o de café, signo de su pasión irresistible por las matemáticas”.
En esa casa exhaló el 10 de febrero de 1856 su último suspiro el sabio Juan Manuel Cajigal. En tiempos remotos se rumoraba que fue trasladado a Río Caribe para su entierro, otros afirmaban que fue inhumado en el cementerio del Conoto, y en igual en un sector entre la plaza Zaragoza y la casa de Almira Marcano. En la década de los ochenta redundaban comentarios que su tumba original estaba en el patio de la finada Enma Kramer. A finales de los años 90 esta tumba fue destruida por la remodelación del inmueble.
Al transcurrir el tiempo y a medida que creció Yaguaraparo, en honor a la memoria del Sabio se fundamento la plaza Cajigal, hoy plaza Bolívar. En esa plaza paseaban las doncellas cada tarde y cuando fueron llegando familias mestizas, organizaron una banda musical comunitaria, los jóvenes disfrutaban de las retretas domingueras, repeliendo las plagas (zancudos) con pequeñas ramas o sahumerios de madera en recipientes de hojalata.
Varios mestizos vinieron a la zona atraídos por el cultivo del cacao, es de hacer notar que los Indígenas después del fracaso de la misión de Capuchinos Aragoneses en el 1771 volvieron a los Caños sin retorno a la población, pocos fueron los indígenas que se misturaron, esto causo la extinción de los Guaraunos en la población de Yaguaraparo y de la municipalidad.
En cada casa de los “buenos cacaos” había una biblioteca, un piano y los enseres necesarios. La sociedad prominente podía mantener un comercio por medio del puerto fluvial con trinidad, vendiendo, comprando y a la vez los que eran de la clase burguesa podían mandar a sus hijos a estudiar en la isla.
Estoy convencido que faltan muchos detalles en estas reminiscencias, pero el objetivo es motivar a cultivar la revalorización de nuestras raíces y despertar ese cándido sentimiento por querer evolucionar a “Yaguaraparo.
Casas de los buenos cacaos construidas en la calle Cajigal, actual Calle Bolívar el Casco Histórico de la ciudadela. Casas levantadas con adobe de barro, pisos de madera, techos con tejas fabricadas en la isla del horno, enrejados de metal, forjadas al calor del fuego con la fuerza y el yunque del herrero tienen más de ciento cincuenta años de antigüedad.
Antigua edificación de Yaguaraparo construida en el 1950 por manos trinitaria, en ese sitio estaba asentado un corral de ganado de Abad Romero Ruiz. La Casa de dos plantas sirvió de farmacia y Hogar a Fernando Agustín Romero Ruiz (primo de Carmen V. Ruiz), Casa que solo podían construir y tener como residencia los buenos cacaos.
La Botica era denominada “La Estrella” y quedaba ubicada en la planta baja. El negocio de expendio de medicinas era atendido por su dueño Fernando Romero” a quien llamaban Agustincito, el cual fungía el papel de médico de cabecera del pueblo y sus caseríos adyacentes. Sus pacientes gente noble, sencilla y humilde de la época lo gratificaban con huevos criollos, almacenados en ensartas de “cachipo” de la planta del cambur; otros eran gallinas criollas, chivos, frutas y los que podían le cancelaban con dinero. Esa casona hoy es propiedad del Prof. y Artista plástico Newton Marval, dueño por sucesión que tomo posesión el año 1975. Actual funciona como residencia, bar pool y Karaoke.
EL VIEJO YAGUARAPARO
Despertar paulatino
Varias callecitas conformaban al pueblito y fue Miguel Balda unos de los presidentes de la junta comunal quien identifica en el año 1957 sus calles y da nomenclatura a las casas. Tenían por mercado un lugar que llamaban “La Pesa” por cuanto allí pesaban y vendían res, pescados y otros animales beneficiados. Esta pesa estaba asentada en la plaza de la iglesia católica., donde está un árbol que lo denominan: “El lombricero” frente a la Casa Parroquial.
El lombricero |
Luego esa pesa fue trasladada al sitio que hoy esta ocupado por la medicatura, de allí al actual Mercado Municipal construido por Miguel Balda (1957), el cual ha sido ampliado y reparado en diversas ocasiones.
El mercado Municipal
La escuela del maestro Víctor, escuela Nacional 727-721, mas tarde denominada escuela de la maestra Águeda, quedaba ubicada en la calle Bolívar en una casa vieja, la cual fue demolida para construir la Casa de la Cultura. La escuela de la maestra Águeda (como cariñosamente la denominan los pobladores) tiene sede propia con el nombre de Escuela Básica Nacional Yaguaraparo. Desde el año 2000 es la Escuela Nacional Bolivariana.
El primer cementerio de Yaguaraparo fue demolido en el año 1910, estaba ubicado al final de la calle Bolívar con Cantaura, en el espacio circundante donde está ubicada la residencia de la ex educadora Almira Marcano y la bodega de Ennio requena. El segundo cementerio fue trasladado a la parte que hoy ocupa los comercios de Evaristo Velásquez, Rafael Mendoza y parte donde está ubicado el liceo Diego Carbonell.
Hasta los años setenta se podía ver algunas bóvedas en esa parte del pueblo, todavía quedan algunos vestigios de estas lapidas en el fondo de algunas casas donde estuvieron ubicados estos dos cementerios. Fue en la década de los años 1930 cuando fue ubicado el cementerio actual localizado al lado norte del Sector Domingo de Ramos, el cual ha tenido cuatro ampliaciones. Es de hacer notar que a los ahorcados no se les permitía enterrarlos entre la jurisdicción de los cementerios, sino fuera de sus “tapias” ó cercas.
Los dispensarios (hoy medicara ó ambulatorio) también tienen su historia, el primero que conocí en Yaguaraparo estaba ubicado en la casa de Andrés Leiva, hoy sitio del IAN, después fue fundada en la casona, frente a la casa que perteneció a Luis Emilio Herrera. Este dispensario fue mudado a la calle Bolívar hoy casa de Zapata y de allí en el gobierno de Rómulo Betancourt fue trasladado a la medicatura, construyéndole sede propia
La policía y prefectura funcionaba en una casa de dos plantas, la segunda planta con entablados, ubicada donde actual se asienta la nueva casa parroquial
El estadio funcionaba como campo deportivo abierto en el lugar donde se localiza la escuela básica Juan Manuel Cajigal (denominada anteriormente la concentración). Como este terreno fue designado para la construcción de esta obra la junta comunal designo un terreno en “el otro lado” para campo deportivo, el cual se denomino “la plaza de jugar pelota” o la plaza sucre y finalmente fue construido el estadio en el Sector Guanoco, denominado Alejandro Hidalgo, su construcción se realizó durante el gobierno de Rafael Caldera.
El Comando de la Guardia Nacional estaba frente a la plaza Bolívar donde reside Rosario Salazar “Charo”, hasta que en el gobierno de Rómulo Betancourt le fue construida en la calle Sucre una sede propia, frente a la Bodega de Suplicio Subero “peluo”.
En Yaguaraparo habían tres bombas surtidoras de gasolina: “la bomba San Juan” propiedad de Teodoro Boada, ubicada en la actual ampliación de la medicatura; la bomba Dimatambo de José Domingo Rivera”, hoy taller de William Meteau, ubicado en la calle Bolívar y la bomba “La Barahona” del Dr. Porfirio Suero Suero, quien le puso el nombre en honor a la oriunda provincia de Barahona de Santo Domingo.
De estos servicios extraían la gasolina por bombas de manillas cuando fallaba la electricidad, muy especialmente cuando apagaban la planta de la luz eléctrica a las once de la noche.
La energía eléctrica fue proporcionada por primera vez en Yaguaraparo por una planta generadora de electricidad, propiedad de Luis Bertrán Bastardo, cuyo actualizó y eliminó el tradicional efluvio de iluminación, creado con faroles que iluminaban tristemente las esquinas de las calles. Al transcurso del tiempo la junta comunal adquirió su propia planta eléctrica la cual estaba ubicada en la ampliación del actual mercado Municipal (1957) (el servicio duraba hasta las 11:00 PM.). La junta comunal cobraba este servicio, como el servicio del acueducto.
Finalmente la luz de Yaguaraparo fue empalmada a la red del GURY que es la energía que disfrutamos en la actualidad.
El primer Automóvil traído a Yaguaraparo fue un BUICK de Don Jorge Venturini aproximadamente en el año 1920. Era un vehículo de paseo de 4 puertas de color verde. El segundo vehículo fue un ÓMNIBUS (1930) manejado por Vicente Sánchez, residenciado en el pueblo de Río Caribe. Este Ómnibus lo trajeron desde su sitio de origen en un barco y tenía capacidad para 15 personas, su color era rojo y su propietario era el Sr. Santiago Gómez (Chago Gómez). Cobraban medio real a cada pasajero por un recorrido que efectuaba de calle Bolívar a calle Marina.
El tercer vehículo fue traído a Yaguaraparo, vía Río Caribe en (1840), propiedad de Edmundo Venturini, un camión con barandas de madera y de color azul. El cuarto vehículo fue una pick Out, Chevrolet con chace largo, color azul que trajo el catire “Codillo”. El quinto vehículo fue propiedad de Luis Emilio Herrera en el año 1945, una pick out, Chevrolet chace corto color azul comprado en Carúpano a Emilio Boschelli por la suma de 9.000 Bs. Cancelo 1.000 Bs. de inicial y el resto en cuotas mensuales de 500 Bs.
El Sr. Luis Emilio Herrera pago 500 Bs. Para que trasladaran el vehículo hasta Irapa en un barco propiedad del Sr. Miguel Aguilera.
EL MUCO FLORIDO DE CESAR RAMOS
El Muco es un sector de Yaguaraparo, fue fundado por la Sra. Casta Velázquez en el año 1952. Su nombre se origina de un frondoso árbol de follaje semejante al castaño cuyos frutos redondos los produce en el tronco y son del tamaño ó un poco más grande que los frutos del mamey. Este árbol estaba ubicado cerca de la vieja casa de Félix Antonio Farías ubicada en la calle El Muco (Hoy Calle Araure).
Los campesinos que venían a vender el producto agrícola al pueblo se lavaban los pies cerca del Muco y esto origino el nombre de “lava pié” lugar que quedaba en un recodo del río, actualmente en la esquina formada por las calles Araure y Venecia.
Casa que fue propiedad de Félix Antonio Farias (fallecido) |
A medida que fue progresando el pueblo de Yaguaraparo hacia la parte norte, “lava pié” se fue distanciando hasta quedar ubicado en un paso del río, al otro lado de la “cruz”, en el lugar donde mataron a “pajarito”. La cruz estaba ubicada bajo un techito de 2 metros de frente por 3 metros de fondo aproximadamente y en forma de capilla, asentada cerca de la hacienda de Domingo Luis Villarroel a orilla del camino real.
Por ese camino era obligatorio el paso de las gente que habitaban en Burdeos, Las Catanas, Las Palomas, El Saco, San Agustín, Gancho Seco, Buenos Aire, El Algarrobo de Buenos Aires, Río Grande de los Marines, La Horqueta de Mata Chivo, Chorochoro y muchos más caseríos de la parte alta de Cajigal. Al pasar frente la cruz los transeúntes encendían fervorosos una vela y colocaban un bolívar en la cruz.
Con la canalización del río en el año 1976 se perdió la cruz de “lava pié”. Hasta la entrada del pueblo se observaban Guajales frondosos, (Bambú) alpamatos, jabillas y bucares, árboles que en el mes de abril alfombran el suelo con sus flores en forma de gallitos.
Los caminos eran amasado a diario, formándose un barro legamoso por el paso de diversas bestias de cargas que en fila desorganizada avanzaban al grito del arreador: ¡chi, chi,chi: ¡andando Burra! Mula, Caballo! o Según fuera el animal de carga que traía el campesino, los cuales iban cargados con sacos llenos de cacao, café, plátano, ocumo, maíz, chino, naranja, entre otros.
Algunas veces desde el mismo camino y desde “lava pié” el productor agrícola comenzaba a recibir ofertas de compra de su producto.
En el Muco Don Chumeca, Perucho Ávila u otros pequeños comerciantes esperaban inquietos en sus negocios. Era una calle alegre y completamente comercial que se iniciada desde la bodega en la casa de postal, frente a Juan Tani, culminando hasta la casa de Demetrio Moya.
Juan Tani, un comerciante del patrimonio popular residenciado en El Muco desde hace muchos años, un hombre honesto y sencillo apreciado por el pueblo,se le conoce con el nombre popular de "Llave" |
Más tarde el Muco se extendió hasta el puente que esta sobre el río Cumaná y debajo del puente Ramón Gózales (Ramón Pollera). Instaló un bar con Rockola. A unos pocos metros el popular Cachimbo monto un bar con sinfonola de Manila. En esa misma calle de constante movimiento comercial estaba la bodega del Sr. Tomas Bonillo, el bar “El Cacao” de Erasmo Marcano, así como otros locales comerciales.
La Casa de la esquina, la bodega de Bonillo y la Rosada al lado izquierdo era donde estaba el “bar el Cacao de Erasmo Marcano” |
La jornada comenzaba al amanecer con un tradicional saludo, los comerciantes se tomaban una taza de café caliente y un “palo” de ron, que ellos denominaban “la mañana 4”. Para invitar al primer trago decían “vamos a echarnos la mañana”.
Luego comenzaban a llegar las bestias con las cargas. Algunos productores eran clientes fijos de las bodegas y otros al mejor postor. Calles de tierra, pozos de charco, orines de burros, mulas, caballos, gritos de arrieros, puercos ambulantes, niños desnudos corriendo haciendo sus travesuras y otros comprando para pedir al dueño de la bodega la ñapa, charlatanes y jocosos como el popular “Machería”, no faltando para alegrar el ambiente pueblerino una música de mandolín, cuatro, maraca y tambora. En ocasiones Jesús “Boca de Hombre”montaba el show con su briosa mula “Marisela”, otros eran Pancho el bodeguero con su protuberancia abdominal y Redí el ingles con sus arrebatos de molestia por cuanto lo llamaba “Pancho Único”.
Redí el Ingles o Pancho único |
Periódicamente se presentaba un marchante Árabe que el pueblo denominaba “turco” con sus cortes baratos o retazos de tela, gritaba a todo pulmón:
¡Cortiiis barato!
¡Cortiiis barato!
Este personaje pedía cien bolívares por piezas para después de enmaletarlo y desenmalezarlo unas cuantas veces, según fuera ofreciendo, terminaba dejando por cuarenta ó treinta bolívares en la rebaja.
El cacao era un producto que se producía en gran escala en el municipio y su venta incrementaba la calidad de vida de sus habitantes. El Muco era el centro de comercio de los agricultores y para la venta de la almendra del cacao comúnmente se oían diálogos como estos.
- Campesino: ¿A como paga el cacao?
- Comerciante: ¿A ochenta la fanega?
- Campesino ¿No lo paga a ochenta y dos
Después de discutir un poco, el comerciante le expresaba algo serio.
- Comerciante: Está bien se lo pagaré a ese precio por cuanto es UD. Pero propiamente no podemos pagarlo más caro por cuanto recibimos un telegrama de la casa Franceschi de Carúpano que bajo el precio del cacao.
Después llevaba los sacos llenos al peso de plataforma.
- Comerciante: pesa este saco cincuenta y cinco kilos.
El campesino lo había pesado en una romana y le salieron cuatro kilos más después de la fanega. El comerciante con las “agallas bien grandes” le decía enfático, con voz grave y más serio que nunca
- Comerciante: bueno hay que descontarle dos kilo por lo mojado ó lo frío; también hay que descontarle un kilo por el peso del saco.
Peor aun si el saco estaba mojado en el fondo, le descontaban un kilo y medio, hecho que ocurrían casi siempre debido al largo trayecto recorrido por más de cincuenta pasos de río. Con estas razones picarescas y de mal intención el comerciante totalizaba una tarifa con 51 Kg. Por fanega y así lo revendía a los comerciantes mayoristas.
Al mediodía ya el movimiento de campesinos, comerciantes, pueblerinos, bestias y muchachos iban menguando, el agricultor regresaban a sus casas con las provisiones: sal, pescado salado, papelón, kerosén en jarra o tambor, tabaco, harina de trigo, jabón, manteca de cochino o el kilo de pescado fresco de Lebranche, Bagre Amarillo, Guasa, Cherechere ó cualquier otro ya comprado en la pesa.
Si el día permanecía en buen tiempo, todavía a la una o dos de la tarde se veía cierto movimiento y a las tres los pequeños comerciantes formaban sus partidas de dominó en las aceras del frente, construidas generalmente por el propietario de la casa con cemento que traían en sacos o barriles desde trinidad al puerto de Yaguaraparo. Al cerrar la jornada la tarde obligaba el baño un poquito más arriba de “lava pié” y “mañana será otro día”.
Calle Araure del Sector EL MUCO |
Eliad Jhosué Villarroel