TRADICIONES SOCIO CULTURAL DE YAGUARAPARO

TRADICIONES, FOLCLOR Y OTROS
  • Tambores de Yaguaraparo

Las raíces nacientes de los Tambores de Yaguaraparo se originaron a finales del siglo XIX y a partir de los años 1900, siendo su fundador en el pueblo, Nicanor Aguilera.

Nicanor Aguilera era nativo de Campota y no ascendía de La isla de Trinidad como se conoce en Yaguaraparo, Su padre era procedente del África, traído como esclavo a las costas venezolanas. Nicanor aguilera decidió huir de campota en busca de mejoras en su calidad de vida, el trabajo como esclavo negro en las grandes extensiones de cañamelares y platanales no le permitía tener otro tipo de aspiración social. 

Con su emigración se trajo a su esposa y a sus hermanas Catalina Aguilera y Ofelia Aguilera, asentándose en el pueblito de Yaguaraparo con la motivación de lograr nuevas alternativas de visión socio económico y cultural. En Yaguaraparo Nicanor Aguilera llevaba el tambor en las venas, la tradición consumada en los legados de su padre, enraizada de las tradiciones y costumbres de su pueblo ancestral son vinculadas a su conocimiento y la ejerce como sucesión espiritual. 

Es necesaria la continuación sucesiva de esta tradición y decide unirse con varios pueblerinos para formar el grupo danzante del tambor, entre ellos Faustino Hernández, Domingo Antonio Aguilera, Claudia Narcisa García, Antonia González, Maria Flores, Teodora Cedeño, Ramona Consolación García u otros. Al fallecer Nicanor Aguilera en Yaguaraparo, ya tenia sucesores: Domingo Antonio Aguilera y Faustino Hernández a quienes había adiestrado e instruidos con dedicación y esmero, dotándoles de las características mas peculiares para la ejecución, interpretación, composición, danza y canto del Tambor, manifestación cultural que llegaría a identificar el folclor pueblerino y para los años sesenta se conoceria popularmente en el pueblo como: “Los Tambores de YaguaraparoCon la desaparición física de Nicanor Aguilera se extingue la primera etapa cultural escalable del Tambor. El 21 de enero de 1910 nace en Yaguaraparo Inés Emilia Gil, hija de la Tamborera Claudia Narcisa García. A sus doce años inicia a bailar el tambor, su maestra era su propia madre y las iniciadoras del tambor en Yaguaraparo: Antonia González, María Flores y Teodora Cedeño

Años más tarde seria la estrella principal de los tambores, su danza inicial en los eventos era enriquecida por movimientos suaves, rítmicos y sensuales, esta danza inicial se culminaba de súbito para aligerar un baile más frenético, de movimientos violentos pero con un ritmo cadencioso, armónico y fascinante. Inés Gil también acompañaba en el canto, sus compañeros la llamaban cariñosamente “CampúEl 7 de enero de 1930 nace en Yaguaraparo Juan Luis García, su padre (sucesor del Tamborero de su tío Nicanor Aguilera): Domingo Antonio Aguilera y su madre Ramona Consolación García. Juan Luis García recibe a partir de los quince años de edad las virtudes patrimoniales y el adiestramiento especial del tambor por parte de su padre, tradición que había heredado de Nicanor Aguilera.                                                                                                                Con la muerte de Domingo Antonio Aguilera se extingue la segunda etapa cultural de los Tambores de Yaguaraparo y nace la tercera sucesión enmarcada bajo la tutela de Inés Emilia Gil García y Juan Luis García. Al morir Campú el grupo pierde fuerza emocional, hacia falta la figura de Inés Emilia para prolongar la existencia de los tambores, la falta de legislación por parte de Juan Luis García, la desaparición de Inés Emilia y aunado a otros factores que predominaron negativamente en la optima marcha del Grupo folclórico, causó para los años 1980 su extinción. 

Se diseñaron varias planificaciones para revalorizar a los Tambores de Yaguaraparo y varios intentos para lograr una ayuda subsidiaria o económica (partidas), de parte de entes publicos y privados, sin embargo,  no existieron las maneras para motivar una comisión en el pueblo que lograra el impulso continúo o el desarrollo cultural de los Tambores de Yaguaraparo y su prolongación en el tiempo. En el año 1994 Juan Luis García es nombrado en solitario, por el Gobernador Dr. Ramón Martínez, excluyendo y olvidando a los demás miembros de la agrupación musical, canto y danza. A Juan Luis le nombran como “Patrimonio Viviente del Estado Sucre. Esta asignación causo una gran desilusión en los compañeros de danza y canto del Tamborero que se vieron aislados del proceso gubernamental y sintiéndose sentimentalmente olvidados se alejaron mas del proceso de revalorización cultural de los Tambores. Con esto se arraigo la no reivindicación o prolongación de la tradición.                                                                        En el año 2003 fallece el Rey de los Tamboreros, el último de la cadena cultural, un inmenso apagón invadió la identidad cultural de Yaguaraparo y con ese apagón se fue una estrella solitaria, enrumbada a dejar un inmenso vacío en el espacio social de su pueblo, fue la tercera y última sucesión, delante de esa no existirá otra.
Juan Luis García y su nieto 
MUSICA AFROIDE El baile del tambor se acostumbraba a manifestarse en el mes de noviembre en Yaguaraparo, mes cuando los tamboreros iniciaban sus actividades con ensayos que ejecutaban durante los sábados y domingos con el objeto de prepararse para las fiestas navideñas. En los días decembrinos era cuando solían celebrar su tradición, el 24 de diciembre salían por las calles con su danza cantarina. Este manifestación cultural también la celebraban la noche buena de año nuevo, la de reyes y el 21 de enero, día de santa Inés. Al terminar la faena folclórica tendían guindar el tambor y si no se mojaba, lo podían utilizar en otras ocasiones.


El baile  

El baile consiste en movimientos individuales de avance, afincando levemente el cuerpo sobre el pie izquierdo, el cual va adelante, a la vez que se mueven las caderas en desplazamientos laterales del cuerpo, o se van rápidas vueltas sobre si mismo. Los hombres Usan en ocasiones un pañuelo que sujetan estirando en sesgo por dos de sus puntas y con el realizan diversos movimientos por delante, levantándolo sobre la cabeza o pasándolo por detrás de la hembra a la altura de los hombros. En la danza se juntan frente a frente parejas de mujeres que realizan figuras diferentes, con o sin el pañuelo. El varón hace ciertos galanteos, giros y realiza ciertas persecuciones a la mujer, tales giros parecieran breve insinuaciones y esguinces.

Los instrumentos:  
En una época los bailadores se acompañaban de unas maracas y a veces por dos tambores, decía Juan Luís García que uno era para dar el brillo y otro para el “Bajo” ó percusión. Los tambores de un solo parche sostenidos con bejucos, se fabricaban con tambores de madera ya previamente construidos, utilizados anteriormente para transportar bebidas alcohólicas. Le eliminaban las tapas y le colocaban un cuero de Chivo en cualquiera de los dos lados, el cual sujetaban al tambor con bejucos de Mara. Para apretar y estirar bien el cuero utilizaban dos maderos, uno para golpear el otro que al golpe hundía los bejucos y el cuero firmemente amarrado hacia abajo, donde el tambor era más grueso para sujetar con firmeza el cuero previamente curado..

la música. 
(Ramón y Rivera) Las melodías anotadas resultan un curioso mapa cultural que abarca no solo el aspecto antillano criollizado; es decir aquel en que hay una melodía como las que cuba envió al continente y aquí se volvieron fuilias, guasa merengue si no que ejercen ejemplos de otra que mantiene puras netamente antillanas y por fin algunas otras con aire de zarzuela española. Veamos el primer término la canción siguiente. Esta construida sobre una escala mayor diatónica en una forma modulante muy particular y engañosa porque comienza en La y al cuarto compás modular hacia el segundo grado convertido en nueva tónica don Domingo la cantó-como todas las demás interpretantes por el sin acompañamiento y con una gran libertad métrica.

La Cairola
El tiempo de María Flores
Solo: al temporal, temporal
Coro: que me mate el temporal
Solo: Ay, que será de Maria Flores
Coro: cuando yo la venga a ver
Solo: Ay, que será de Goyo Ribas
Coro: si no encuentre a su mujer
Solo: cuando venga el temporal
Coro: no sabe que va a pasar
Solo: Ay, en la rodilla de un palmar
Coro: en el fondo de la ¨ quebra ¨
Solo: Ay que me encontré con Maria flores
Coro: y me quiso devorar.
Ay, Maria flores, Maria flores, etc, etc, etc.

Caracolito del Mar

Caracolito de mar
Tres golpes no más
Caracolito de mar
Tres golpes no más

Que se ha venido sin bañar
Tres golpes no más
Caracolito de mar
Tres golpes no mas

Allá viene un barco
Yo no lo conozco (se repite)
Si sera el catín
Que viene del Orinoco

El caracolito de mar
Tres golpes no más
Que se ha venido sin bañar
Tres golpes no más

El Bagre Amarillo
“El turpial marino”
El bagre amarillo es un pez oriundo de las costas del Golfo Triste. Es raro localizar este hermoso pez en otras aguas jurisdiccionales de la Costa de Paria. Su forma es achatada, de cuerpo largo y resbaladizo debido a una baba transparente que desprende de la piel amarillezca, es el turpial marino por su peculiar bicolor amarillo y negro.
Su localización puede efectuarse en bajas y altas profundidades del caño, incluso cerca de la costa norte cuando la marea revierte su llenante hacia el puerto de Yaguaraparo.
Su carne es dulzona, sabrosa y muy rica en proteínas fosforadas, deseada en los hogares Yaguarapareros. Los pueblerinos le asignaron el merito como plato típico del pueblo por su abundancia en el golfo y su exquisitez gastronómica, el cual era preparado en un guisado que lo denominaron: “Bagre amarillo con coco”.
Su preparación oriunda consiste en hacer un guisado con el pescado fresco, agregando ají, cebolla, pimienta, tomate, ajo, sal y especialmente la leche del coco seco. Para acompañar el festín pilaban y servían en la mesa “Bola de Plátano verde”
Receta para el guisado del bagre amarillo
Ingredientes: ¼ Kg. de cebolla, ¼ ají, 2 cabeza grande de ajo, aceite al gusto, limón, 1 Kg. de bagre, sal al gusto y dos tazas de leche pura de coco seco.


Procedimiento: lavar el bagre, luego pasarlo por agua caliente y echarle limón, se pican los aliños y se monta a fuego lento a sudar con la leche de coco, cuado el pescado este blando saturado con la salsa, es recomendable comérselo con Bola de plátano verde o verdura sancochada.
         Aun para los años 1960 la vía hacia el puerto era difícil de trajinar y la mayoría de los productores de la agricultura y pescadores utilizaban burros parar trasladar en maras tejidas con bejucos cuatro canal o estrella, el bagre amarillo hasta el mercado de Yaguaraparo.


       Mucha gente madrugaba a las puertas del Mercado Municipal en espera del manjar marinos o el turpial del Golfo Triste, cuando los pescadores y burros llegaban con la preciadas carga eran vendido incluso en las puertas del mercado y pesados a mano al calculo del pescador que decía entusiasmado:


Pescador: ¡Este pesa Diez Kilos!
Comprador: No búsqueme uno mas chico.
Pescador: (Tomando otro pez mas pequeño lo balancea suavemente arriba y hacia bajo)- ¡Gueno este pesa ocho kilos! ¿Se lo lleva?
Comprador: No déme mejor el primero, yo lo veo del mismo tamaño, ese peso de mano parece que esta fallando.
Pescador: Mire ciudadano y con todos mis respetos este peso jamás falla, tengo años en el negocio.


Comprador: Tranquilo, dámelo pues.
A mediado de los años ochenta el bagre amarillo dejo de comercializarse en el mercado Municipal, los pescadores del Golfo Triste abrieron una ruta de comercio del bagre amarillo del golfo triste al mercado Municipal de Irapa, vendiéndoles el producto marino al mejor que pagaba o dueños de cavas expendedoras de pescado. Estos compradores residen en Irapa y otros provenientes de pueblos de la región.

El bagre amarillo es trasladado directamente a mercados nacionales, tales como: Puerto la Cruz y especialmente el mercado de Coche de la Ciudad de Caracas. El precio del Bagre amarillo subió por sobre muchos peces de alto valor y llego a igualarse a precios por kilo como el de Sierra, Carachana u otros. La mayoría de los pobladores se quejaron de esta arbitrariedad por parte de los pescadores que le sesgaban su identidad cultural y su nivel de vida cotidiano. Solamente el Turpial Marino del Golfo Triste era traído como especie contrabando a Yaguaraparo y adquirido exclusivamente por privilegiados del pueblo que lo reservaban a los pescadores.

        Actualmente el Bagre amarillo fue desplazado por uno de características similares al bagre amarillo, pero de color negro, gris y blanco, se le conoce con el nombre de Blanco Pobre. Su carne no es gustosa y no se iguala a la pureza del Bagre Amarillo. Muchos pobladores lo preparan con coco para mantener la tradición gastronomita del Bagre amarillo, pero es imposible, nunca queda igual a la exquisitez gustativa y excelente del Turpial Marino.


       Pronunciaba molesta en sus tiempos lucidos la Sr. Flora Guilarte de Ramírez, gritando enfurecida cuando mandaba a comprar el bagre amarillo y le traían el Blanco Pobre, que la politiquería había cambiado la faceta social de su pueblo y para colmo de males habían pintado hasta el bagre de blanco para que dijeran que era adeco.


         Una de las canciones mas inolvidables y reconocidas en Yaguaraparo, la compuso en junio de 1970 el Maestro de maestros en Galerón: Cheche López Marín “El Látigo de Cajigal”, quien inspirado en el Turpial marino del Golfo Triste, compuso e interpreto la siguiente canción:

El Bagre Amarilloel golfo de paria
Un pez hermoso y sencillo
Y si usted no lo conoce
Se llama el bagre Amarillo

Salen de Yaguaraparo
A buscar los pescadores
El plato más exquisito
De todos sus moradores

El es largo y con bigotes
Su cuerpo es muy resbaloso
Pero en sancocho y guisao
No hay pescado mas sabroso

Lo pescan con el anzuelo
Con filete o con arpón
En burro lo traen en maras
Hasta nuestra población

A todo el que nos visita
Porque siempre se recuerde
Coma su Bagre Amarillo
Con bola e plátano verde

Esta Canción fue tomada por las escuelas del Municipio Cajigal y la organizaron con una coreografía que ha sido presentado en varios pueblos de Venezuela.


El Yojo
El Yojo era un canto de faena de los Caseríos circunvecinos de Yaguaraparo, entre ellos: El Cantón, San Agustín y Gancho Seco. Su manifestación cultural fluía como un medio de comunicación fonética. A través del canto una persona invitaba o pedía ayuda para realizar labores tales como: lavar, recoger café, buscar agua o para venir al pueblo. Las muchachas se aprovechaban del Yojo para ofrecer citas a los novios, indicándole el lugar de encuentro.
La Tradición consistía en que una persona invitaba o pedía ayuda a otra persona y este le respondía también con el canto del Yojo, la expresión personal e improvisada del canto se efectuaba utilizando repetidamente el termino yo. Por ejemplo:
- Mujer 1: Que si tú me puedes ayudar a agarrar café mañana, manita Yo
- Mujer 2: Que yo si te voy ayudar manita Yo y adiós que digo mamita Yoooó…
- Mujer 1: Entonces esperame mañana yo mamita yo, querida yo, querida yo En el canto la expresión fonética del Yo se extiende y pareciera que el yo tuviera una terminación vocal en jo que en definitiva es la “ó” cantada en forma secuencial y pronunciada al final con un ritmo seco hacia dentro. La Configuración “ó” en Jo al final del yo, determinó que la tradición se llamara “El Yojo”

El CARNAVAL
           Escribe Octavio Salazar Mitre en su libro “Por los Senderos de Paria” lo siguiente:
“En la época esplendorosa de Yaguaraparo el Carnaval formo parte de unas de las diversiones mas esperadas del año. El pueblo se preparaba para recibir con todo la gala que caracterizaba esta fiesta: carrozas, compasas, disfraces, bailes populares, mucha agua y el diablo para espantar a los muchachos. Lo cruel de todo sucedía el Marte cuando se anunciaba la aparición de la “Bandera Negra” todo el pueblo se ponía en marcha a su casa a cerrar su puerta porque estos grupos no perdonaban ni a jóvenes, ni ancianos, enfermos y muertos, era una batalla campal.


         La noche tenía un encanto muy especial con las batallas de flores, caramelo, serpentina, perfumes y el recitar que le tocaba decir a cada participante.


La reina es un “Drama” o comparsa que hacia en su aparición en estas fechas carnestolendas, que recorría la población haciendo sus presentaciones en las calles, también era invitada a participar en fiestas particulares en las cuales tomaban características teatrales”.
La Reina


         Una silla o patrona adornada como trono, hacia de decorado donde la reina aparecía dormida: hace su entrada una criada

Criada (canta)
Despierta dueña mía
A gozar de la aurora
Despierta que ya es hora
Y deje de dormir

La reina despierta y canta:
Soy bella dama tengo dinero tengo todo cuanto quiero
Y espero con gran anhelo
Me levanten de mi cama de dormir

Criada:
Tiene dinero, es bella dama
Tiene todo cuando quiere
Y espera con gran anhelo
La levanten de su cama de dormir

Reina:
¿Qué de tus compañeros?
Criada:
Aquí señora están
Reina:
Venir aquí ligero
Sin más particular (bis)

Reina:
Canta con dulce acento
Criada:
Señora esta muy bien,
Y nótese un desde
Se ve en este concierto (bis)

Reina:
Cuando pienso que soy rica
Y que no me falta nada
Siento el alma enamorada
Y nada me mortifica
Siento el alma enamorada
Y nada me mortifica

Entra el Marques:
(Hablando)
Soy Marques de familia ilustre
Y tu mano deseo poseer
Reina:
Yo soy Maria, y si usted me ama
Amarlo así también es mi deber.

Marques:
Busco la dicha en el trino de las aves,
En el bosque, en el cáliz de una flor…
Dima Maria, perla preciosa.
Si me daría siempre licor
Que no hay más dicha ni mas placer
Que las que brindan, beber, beber.

Reina:
Tomad mi mano y con ella
El placer de aceptarlo
“El marques tomo su mano y la besa”

(La reina muy alegre canta:)
Como estoy entusiasmada
Por este festival le doy a mis criadas
Para jugar Carnaval

(Criada)
La reina nos ordena
Jugar el carnaval
Si no le obedecemos
Nos manda a castigar.
Jugar, jugar, jugar
Con cintas y azahar
Para que todos vean
Un juego angelical

La reina estaba contenta
Vamos a disfrutar
Con dulces y bebidas
Que nos han de alegrar

Con flores y serpentina
Jugar, jugar, jugar
Para que todos gocen de un juego inmemorial.
(Se termina la representación de un baile)

El Carnaval
(Merengue)

         Ya se acerca, ya se acerca ya este carnaval con su mascarita, con su mascarita, salen a pasear y no se que hacer, y no se que hacer con este cantar yo me vuelvo loco por el carnaval.
Lo mismo quiero decirle yo a mi papa que me compre un traje negro con antifaz con esos trajes más lindos que hay en las tiendas por que ya se acerca este carnaval.


El pato (Comparsa)
(Recopilación de Octavio Mitre)

         Para presentar el drama, el grupo viene interpretando la melodía; todos cantan y bailan alegremente, de repente se presenta un cazador con escopeta e interprete el cazador lleva barba postiza ante ojos oscuros y sombrero el ayudante vestirá mas censillo. Esto irrumpe en la escena cambiado la tónica de la música y canto. Hay confusión de momento, hasta que alguien del grupo reacciona enfrentándose a los intrusos;

El pato (Mi Mayor)

Si supiera lo que come
Este pato en la laguna (bis)
Quien lo pudiera coger (se repite tres beses)
Para verle su fortuna

Si supiera lo que come
Este pato en el Manglar (bis)
Un fuerte pido por el (se repite tres beses)
Y no me lo quieran dar

Si supiera lo que come
Este pato en la sabana (bis)
Se parece a un gavilán (se repite tres beses)
Observando el panorama

Si supiera como nada
Este pato en Rió Claro (bis)
Muchos lo han visto nadar (se repite tres beses)
Cerca de Yaguaraparo
(Interrumpe el cazador intérprete cantando)

De Hamburgo Salí dispuesto
A cazar en Venezuela
El nombre de una fiera
Que me dijeron por cierto.

El Dragón crujía
La tierra temblaba
Y la valentía
Del pueblo lloraba

Hombre 1: (Interrumpe al cazador) Mire compañero, nosotros no lo conocemos a ustedes (el cazador no responde) Yo creo que se equivocaron de sitio. ¿De donde dijo que venían?
Cazador: (Habla en lenguaje raro)
Hombre 1: ¿Qué guarandinga es esa?
Ayudante del cazador: (Con acento europeo pero entendible).
Venimos de Hamburgo.
Hombre 1: ¿De Hamburgo? ¿Dónde queda eso?
Cazador: Germani (Ayudante interrumpe)
Ayudante: Alemania
Hombre 1: Y, ¡quien le dijo a ustedes, que aquí havia una fiera que crujía que la tierra temblaba?
Cazador: (le dice algo al oído del intérprete).
Interprete: Guía turística
Hombre 1: Entonces, en ese Hamburgo hay una guía turística que dice que en Venezuela, específicamente en Yaguaraparo, existe esa fiera.
Hombre 2: Porque los Dragones existen en cuente y en la china
Interprete: Er. Er. Er. Er. … (Nervioso)
Hombre 2: Er., creo que no sabe lo que dice
Hombre 1: (Habla al oído del hombre 2)
Hombre 2: Miren Hamburgueses, yo creo que ustedes no son ni perro caliente
Hombre 1: Mejor dicho ni arepas
(Cazador e intérprete se dispone a irse, sin poder lograrlo porque el grupo lo rodea)
Hombre 1: ¿Con que son Hamburgueses? (No contesta)
Hombre 2: ¿Con que perdieron la lengua?
Hombre 1: Eso si es problema
Cazador: (Habla muy nervioso y deja translucir algo en la frase que lo deja compromete)
Hombre 2: Con que Hamburgueses de Germani
Hombre 1: Tiene bonita barba lo Germani
Hombre 2: ¿Por qué no se la afeitan? Cazador, interprete, se sienten acorralados. Se mueven buscando, escapar, de pronto alguien le hala la barba, y esta cae, otro le quita los lentes y queda descubierto El intérprete, también es agarrado, colocándolo al lado del cazador.
Hombre1: Con que vinieron, de Hamburgo cazar a Venezuela, una fiera cuyo nombre le dijeron por cierto. Hombre 2: y esa fiera es el pato. Hombre 3: Miren zánganos ¡donde iban hacer el sancho ¡ cazador (Nervioso )No señores , nosotros lo que queríamos era divertirnos. Interprete si, esa es la verdad. Hombre 1: ¿que creen ustedes, que nosotros no los conocemos?
Hombre 2: a ti te llaman el gavilán de Chorochoro.
Hombre 1: y a ti germani te llaman el carroña de la Chivera, porque te come lo que el te deja.
Hombre 3: pero esta vez le salio el tiro por la culata y el sancocho de pato, le va a salir pata pá (todos ríen)
Cazador y compinche, no le queda mas remedio que pedir perdón para que lo dejen escapar, la gente le abre el paso, esto nerviosos no encuentran que hacer, cuando tratan de irse, todos se preparan para golpearlos.
Hombre 1: un momento, vamos hacer algo mejor (a los compinches). Ustedes querían comer sancocho de pato, ¿vedad? Bueno no van a comer pato pero si van a comer sancocho de gallina. El carroña que ponga las gallinas que para eso tienes a montones y hamburguesas el ron y así los perdonamos y así quedamos en paz, ¿de acuerdo? (todos gritan si si si
Hombre 2: muy buena solución
Hombre 1: muchachos a la Chivera a hacer el sancocho (sale cantando y siguen la fiesta)

El Barco
(Comparsa pascual)
Recopilación Octavio Mitre
Folklore de Yaguaraparo

(Cantando)
        Este barco viene entrando con muy alta disciplina eche abajo la cortina luego entremos a descargar, que susto nos vamos a dar cuando venga el capitán no desoigan estas ordenes esperen para cargar. Vamos marineros vamos a bogar que nuestro velero ya va a caminar a bogar a bogar a abogar hay que dulces son las olas que se cruzan por el mar a correr a correr que en estos mares de alturas mi navío se va a perder.

(Hablado)
      Son bandido capitán los que se pasean por aquí, sino la barquilla a pique la mando a echar, luego adentro muchachos no perdamos la ocasión porque las horas se nos van, amarren el capitán y que siga la tripulación.
(Cantando)
        Este barco está fondeado y vamos a descargar el cargamento de peña que no pudimos llevar las cargas de Hermógenes peña que será en otra ocasión hay que pagarle los gastos para hacer la revisión. Vamos marineros vamos a bogar que nuestro velero ya va a caminar. A bogar a bogar ay que dulces son las olas que se cruzan por el mar. A correr a correr que en estos mares de altura mi navío se va a perder.

(Hablado)
        Capitán: Leven ancla, suban la cortina (vela) viento a estribor, cubran la mercancía con el encerado, tenemos mal tiempo.
Vigía: vamos muchachos que, si la marea nos ayuda llegaremos a buena hora y estaremos en la isla de trinidad temprano para saborear un plato de calalú.

(Cantando)
         Sentado a la popa esto al lado de mi querida ella me endulza la vida con ternura y con amor. El amor que siento yo no lo puedo descifrar cuando estoy con mi querida navegando en alta mar vamos marineros vamos a bogar que nuestro velero ya va a caminar a bogar a bogar a bogar ay que dulces son las olas que se cruzan por el mar. A cruzar a correr a correr que en estos mares de altura mi navío se va a perder.

Julianita
(Canción de Pilón)

       Los versos de esta canción fueron interpretados en sus inicios por grupos de tambores, ó el denominado tambor de Yaguaraparo. Esto se fue perdiendo, quedando casi en el olvido. Recopilarla creo que fue un acierto, ya que fueron pocos los que conocieron de su existencia.

       Hoy, después de analizarla y estudiar su contenido, se presenta en una nueva versión; reactivándola como “Canción de Pilón”.
Para representarla, debe aparecer en escena una máquina de molar maíz y un pilón, donde habrá dos mujeres en plena faena. Estás con todo el cansancio y jadeo que da este tipo de trabajo, cantan. La mujer de la máquina entona las tres primeras estrofas Julianita completa el verso.

En el segundo, la mujer entona las dos primeras estrofas, Julianita termina el verso.

En los siguientes, la mujer cambia la tónica, para alterar la armonía de la escena.

Julianita dame arepa
Dame mai (maíz) para moler
Canto mai que hay a cuartillo
Eso lo pudiera ver.

(Las hilanderas en esta parte jadean o hacen una pausa para dar a conoce algún chisme)

Julianita, Julianita
Que tienes para comer
Arepa de mai (maíz) Cariaco
Y guarapo pa beber
(Hacer la misma acción)

Julianita, Julianita
Quiero conversar contigo
Me dijo Juanita campos
Donde estaba tu marido
(la misma acción)
No me interesan los chismes
De la gente sin oficio
Menos los de Juanita
Que no dejan beneficio.

Julianita, Julianita
Oye bien lo que te digo
Voy más luego pá tu casa
A ver que pasó contigo

Mujer: Julianita, mija, estaba preocupada por lo que me dijo Juanita Campos de tu marido.

Julianita: no se que te ha podido decir la cambalache esa, que en vez de ocuparme de su tuerto anda viendo visiones por todas partes.
Mujer: no mana, parece que es enserio, iii que andaba con la Macabeo por Santa Cruz.
Julianita: ¿Por Santa Cruz? ¿Y que fueron hacer ellos allá?

Mujer: Gua, a bañarse, a hacer sancocho, a tomar aguardiente, a…

Julianita: alto ahí chica, que si eso es verdad, va haber más de un moretón. Ni la lengua larga de la cambalache, ni la frasquitera de la Macabeo, se van a burlar de mí.

(En esos momentos tocan a la puerta. Las dos mujeres rápidamente cogen manos de pilón y se disponen a pilar y a cantar).

Julianita: (grita): Pase…
Ponte mosca Julianita
Que esto se te pone feo
Con la zángana e Juanita
Y de Pepa Macabeo

No le termo a lo que temen
Ni a la lengua de Tadeo
Menos le temo al rival
Si es la Pepa Macabeo

(Entra Juanita Campos)
Juanita: muy buenas, que agitadas están, como que hay bastante trabajo.
Julianita: Gracias a Dios, trabajo nunca nos falta, no como otras que les sobra el tiempo para darle a la lengua.
Juanita: si lo dices por mí, te equivocaste…
Julianita: me equivoqué ¿Y de donde salió eso, de que mi marido andaba por Santa cruz con la Macabeo.
Juanita: Ay, Dios, mi madre, pero si eso todo el mundo lo sabe.
Julianita: con que esas tenemos, ya van a saber quien es Julianita de mí no se burla nadie…
Mujer: Cálmate mujer, que a lo mejor no es para tanto.
Julianita: la Macabeo esa, me va a oír, y me va a explicar, porque va a correr sangre y lo que el santo de mi marido, va a saber lo que es bueno, el porquería ese, desgraciado, perro…
Juanita: Ay mujer, pero tu eres bien tonta, ponerte así por un piazo de hombre; ni que fuera el único.
Julianita: (furiosa) Mira, zángana, será piazo para ti, porque tu no quieres a nadie, por eso te llaman la cambalache; pareces una casa de cambio.
Juanita: A no, a mi, no me insultes tú. Yo lo que hago es darme mi puesto, y no le voy a aguantar vainas a ningún hombre, allá tú, con tu “pior es nada”
Julianita: Mi pior es nada… pior es nada será tu tuerto, que ya ni prende la mecha.
Juanita: Ponte a creer, no prendera lámparas de carburo, pero de que raspa, raspa.
Julianita: Raspara a la cinzanito a al cachivachero que lo rodea.
Juanita: Cachivachero, es lo tu marido arrastra.
Julianita: Mira muérgana, que tu eres peor que todas. Te la echas de culito apretado y no eres mas que una…
Mujer: Bueno, bueno basta ya, que no es para tanto, cada cual tiene sus defectos.
Juanita: y tu tiene el peor.
Mujer: ¿Quién yo?
Juanita: Si, tu. Siempre metiendo la cuchara donde no debes. Parece que no vivieras sino para oir y después repetir.
Mujer: e ese caso serás tú, que para todo enciendes una mecha…
Juanita: Mecha? Mecha fue la que tú le prendiste a Julianita.
Mujer: ¿Y no fue de verdad lo que me dijiste?
Juanita: Puede ser verdad, pero no era para que vinieras con el chisme. Ojala que cuando te mueras, la lengua no te quepa en la urna.
Mujer: No seas muérgada, vergüenza te debia dar. A ti, a parte de otros, te llaman la lleva y trae.
Juanita: Si es por eso, revisa tu rabo para que te enteres de tu último calificativo que por cierto no es muy elegante.
Mujer: no seas necia, arrecuestate de otra, porque de mi te puedes pinchar.
Juanita: para pincharte no es necesario arrecostarse ti, con las flechas que lanzas por esa boca, envenenas.
Mujer: mira chica, dámele un parao a eso porque yo no soy igual que tú.
Juanita: y quien te crees que eres, ¿María Santísima?
Mujer: no seré María Santísima, pero tampoco soy igual a ti.
Juanita: (se le va encima? Sucia, rata, mírate el rabo que se te va a quemar.
(Siguen los insultos y se van a los moños, Julianita trata de separarlas. En ese momento entra el esposo de Julianita acompañado de la Macabeo. Julianita se sorprende, enseguida reacciona y acomete contra el marido y la Macabeo)
Julianita: eso era lo único que faltaba, que te aparecieras con esta…
Marido: Pero, ¿Qué es lo que está sucediendo aquí?
Julianita: ¿Cómo, que es lo que esta sucediendo aquí? ¿y todavía lo preguntas?
Marido: Claro que lo pregunto porque e sorprende todo este embrollo.
Julianita: Mira, Santo Ángel, que yo no soy parido por la manga, y me vas a explicar de tus correrías por Santa Cruz, en esa… (Señala a la Macabeo, ésta, sorprendida reacciona).
Macabeo: Bueno, chica que pasa conmigo… que yo sepa, no tenga ninguna vela en este entierro.
Julianita: En este entierro; yo creo que tú tienes más que velas.
Macabeo: No, no, tu me vas a explicar cual es el rollo.
Julianita: Hipócrita, ¿Qué hacías tú con el Santo de mi marido en Santa Cruz, la semana pasada?
Macabeo: ¿Y eso que tiene que ver?
Julianita: Eso si tiene que ver. Entonces, tu crees que él es el santo consolador de las necesitadas.
Macabeo: Por lo que veo, creo que estas muy mal informada.
Julianita: (Alterada) Nada de mal informada chica, que tu sabes muy bien a lo que me refiero, porque el samaritano este, no pierde tiempo para prestar sus servicios.
Marido: Bueno chica, ¿Tú te has vuelto loca?
Julianita: Nada de loca... Lo que pasa es ni tú, ni ella se van a burlar de mí (Busca algo con que agredirlos el marido furioso la detiene)
Marido: Mira si no estas loca te falta muy poco. No te acuerdas que hablamos de poner una venta de comida y bebida en Santa Cruz para las fiestas patronales de San Juan, y que Pepa iba hacer las empanadas con nosotros. A eso fue que fuimos a Santa Cruz, a preparar el sitio.
(Julianita no sabe que decir, que queda mirando a las dos mujeres y arremeten contra ella con furia)
Julianita: Malditas amigas, sin oficio, lenguas largas, chismosas, sinvergüenzas… ocúpense de su casa (A la Macabeo) Perdóname Maca…
Marido: (Remedándola) Perdóname maca. Ridícula porque te pones a oír a todo el que habla pendejadas. Ustedes vayan a buscar que hacer… ¿Por qué no van a colaborar con los preparativos de la fiesta?
Macabeo: (confusa) Yo estaba pensando que en sacar una comparsa pero con los ánimos como están creo que es mejor dejarlo para otra oportunidad.
Marido: No, no Maca, esa es muy buena idea. Miren mujeres prepárense, que vamos a alborotar al pueblo con una buena comparsa. Julianita, busca a los muchachos con los instrumentos.
Entran los músicos con Julianita tocando la canción Yaguaraparo todos se integran al grupo cantando y bailando y así termino el acto.

La Trilla Virgen Del Carmen


“La Trilla” Es una empresa de tradición o sucesión que ha beneficiado a la población durante muchos años. Su primer asentamiento que conocí quedaba en la calle Sucre, aproximada a 40 metros del Mercado Municipal.
La Trilla era visitada cuando había cosecha del maíz por los campesinos y productores agrícolas, que trasladaban hasta la empresa el producto cargado en burros y mulas. Era frecuente ver hileras de burros atados frente de la trilla y muchos productores salir con sacos repletos de maíz trillado, el cual era llevado a casa para su cocimiento, triturado por el molinillo o piedras de moler maíz, amasado y luego convertido en arepa pilada.
Hasta el año 1960 fue administrada por Armando Rojas y Petra Loisett de Rejón, luego paso a su hijo Domingo Antonio Rejón Loisett quien la administro hasta que murió en el 1974. Con la muerte de Domingo Rejón pasó a manos de su esposa e hija Josefa de Rejón y es administrada por su hijo Alberto Rejón Luigi.
        Rugía la tierra embestida por la acción mecánica de la trilla y compran el maíz en mazorca, el cual era engranado en la maquina manipulada por Menegildo Villarroel. Por un lado salía la tusa y por el otro lado el maíz.


 
        Después se pasaba el maíz engranado al “pilón” que funciona con motor a gasoil marca caterpillar, se encendía por una manilla. Cuando se procesaba el maíz en concha, por un lado salía la concha y el “pico”, y por el otro lado el maíz pilado.
La concha se vendía para engordar los cochinos, el pico para los pollos y el maíz pilado para hacer las arepas piladas.
        Actualmente esta funcionando con otro nombre: “El Pilón” en las instalaciones de la comercializadora nacional de Cajigal, en la antigua institución del F.N.C., cerca del puente que esta sobre el río Yaguaraparo. La Trilla todavía surte varios negocios de la comunidad.

OCUMO CHINO CON PESCADO SALADO

El chino es un tubérculo que se cultiva en Yaguaraparo. Es una verdura de pulpa suave y comestible que se acostumbra comer en la población con pescado salado, frito o asado. Es un plato exquisito y de muy buen gusto, es la parrilla típica del pueblo y un alimento económico en los hogares desposeídos. Sin embargo, se ha convertido en un plato caro, debido a que el pescado salado mas utilizado para acompañar al chino, la Carachana salada ha incrementado de precio
 
        En noviembre del año 2000 el Maestro de maestro del Galeron Oriental, José López Marín, escribió esta décima dedicada al chino con pescado salado.

Chino con pescado salado
Bola con bagre amarillo
Tradición de lo sencillo
La gran tierra del cacao

Hoy les quiero presentar
una estampa de mi tierra
que su referencia encierra
tradiciones del lugar
aquí puedes encontrar
la arepa de maíz raspao
como el cangrejo en pelao
el galucho y la domplina
con Cazon, raya y sardina
chino con pescao salao

La cultura culinaria
muy variada en mi región
conserva su tradición
en nuestra zona de paria
se usa en la dieta diaria
el sancocho más sencillo
sin tenedor ni cuchillo
se come aquí en cajigal
el plato tradicional
bola con bagre amarrillo

En esta zona armoniosa
la pesca y la agricultura
es parte de la cultura
de su gente laboriosa
su creencia religiosa
es fortaleza y castillo
dándole color y brillo
a la sencillez, la humildad
llevando en su identidad
tradición de lo sencillo

Su intensa vegetación
logra en su variado clima
que la cosecha le imprima
abundancia en producción
de acuerdo a la estimulación
del MAC, del fondo y la fao
y por datos de aprocao
sucre sigue produciendo
y cajigal sigue siendo
la gran tierra del cacao



ARTESANÍA

      En la Parroquia Yaguaraparo se desarrolló un limitado campo artesanal, causado por el bajo fortalecimiento cultural de entes que contribuyeran con el progreso de la actividad productiva.
A finales del siglo XIX y a principios del siglo siguiente hubo un movimiento migratorio de gente extranjera y de otros pueblos a Yaguaraparo. Paulatinamente se fueron extendiendo por toda la jurisdicción, poblando las intrincadas montañas y fundando varios caseríos.

         En aquella época resultaba difícil para los nuevos colonos tener un desarrollo endógeno y sólido. Este problema se profundizaba porque fundaban los caseríos muy lejos de la población, la problemática socio cultural se incrementaba por la carencia de recursos, esta razón social impedía la adquisición de vestidos, alimentos y enceres domésticos. Las vías de penetración eran limitadas y no existían transportes, estos eran remplazados por el uso de bestias mulares y burros. La construcción de una vivienda cómoda y adecuada era imposible, el material de construcción había que importarlo en botes y barcazas desde la Isla de trinidad.     Muchas personas murieron en el trayecto, devoradas por las peligrosas aguas del mar caribe.
Y así comenzaron a construir su identidad los lugareños. Iniciaron la actividad artesanal fabricando sus primeras casa con cañas, caratas, bejucos, madera sin procesar, ungieron la tierra con el agua de los manantiales, la mezclaron con paja seca y la arcilla rojiza para moldear a mano las paredes de sus bahareques.

        Los buenos Cacaos de la Calle Bolívar eran gente de la clase alta y podían tener los mejores privilegios; casas coloniales de hermosas arquitectura tanto externa como interna, hermosos patios cultivados con rosales, largos pasillos señoriales, correderas para el secamiento del cacao, techados de tejas o de laja liza, pisos de madera pulimentada, ventanas enrejadas con figurines y barras de hierro construidas con el yunque y la mano del Herrero, vajillas de plata, platos de peltre y de fina loza, copas brillante de frágil cristal, los filtros de piedra para destilar agua en tinajones de arcilla cocida, perfumes de aromáticas fragancias francesas, españolas e inglesas, bacinillas de peltre, bibliotecas repletas de libros con sus contenidos de la mas rica literatura, las mejores vestimentas de la época y joyas de oro y plata.
Las casas de los buenos cacos eran las mejores, actual son casonas con mas de 150 años de edad. En la foto la Casona de los Mendoza donde podemos apreciar la primera remodelación del techo desde su construcción, realizada en abril del 2005.
Los vecinos que poblaban las adyacencias, carecían de todas estas comodidades, y para subsistir crearon sus propios productos domésticos.
El uso de las piezas artesanales del taparo tuvo su origen en esa época de la naciente población rural. Con esta materia prima fabricaron sus utensilios diarios: “el peco” de menear el café, la pimpina para almacenar y trasladar agua a los conucos, la bacinilla, la cuchara de menear la sopa, la sopera, el guarda aliños, las piñatas, el colador de macarrón, los “pecos” de beber agua, los envases para bañarse, cargar huevos criollos u otros que les sirvieron de múltiples usos. Al contrario de los indígenas que moldearon el barro para construir sus utilitarios, los campesinos utilizaron el fruto del taparo para mejorar la calidad de su existencia cultural.
Desprovistos de otras necesidades sociales optaron por localizar objetos naturales para convertirlos en piezas de uso domestico: para restregar la ropa usaron durante muchos años la servilleta de pobre y como detergente la parapara silvestre, el almidón, la hoja de la lechosa y rara vez el jabón azul, un producto difícil de localizar, para desmanchar o blanquear usaban el fruto del vinagre pintón o maduro.


     Entre la densidad de las montañas localizaron el bejuco “cinco estrellas” y como era fácil desgajar por la mitad en su longitud, elaboraron un envase tejido que en toda la provincia se conoció como “Cestas de mara”.
   Esta pieza artesanal sirvió de muchos usos, desde cargar verduras, huevos criollos, frutas, coco, cacao y pescados traídos al mercado por los pescadores del golfo triste. Su manera de llevarla bien podría ser, montada en la cabeza, hombros, espaldas y/o en burros.


 Las sillas, camas y muebles los hacían pequeños carpinteros artesanales que fabricaban sus herramentales con hierros viejos, la mayoría de las camas eran hamacas y catres, este último era un tipo de cama de cuatro patas entrecruzadas en forma de x y con una lona por colchón. Para realizar las cabeceras hacían a mano una funda de tela que luego rellenaban con plumas de gallinas, algodón de pajarito o lana del árbol de Tacarigua. Las cocinas eran fogones a leña, una pequeña tarima con un piso superior de tierra apisonada. En el centro de la tarima colocaban tres piedras donde colocaban la olla de aluminio, el aripo o el budare de barro, allí eran cocidas las sabrosas arepa pila, los hervidos de gallina criolla, los guisos de pato criollo, los exquisitos tarcarí de chivo, los arroz con coco, el majarete, las cachapas de maíz tierno, los cafecitos mañaneros que impregnaban con su aroma el despuntar del alba y la mañana clara. El fogón era frecuente para recalentar las planchas de hierro, con la finalidad de planchar la ropa almidonada.


  Cuando adquirían una hoja de machete tallaban los cabos de madera de naranja, roble y caoba, las fundas las hacían con cuero de chivo o madera de cedro o del Chuare. Con la madera del Chuare tallaron las bateas de lavar la ropa y amasar la harina para darle forma a las arepas y con la madera del “acurutú” tallaron rudimentariamente los pilones para pilar maíz y el fruto del plátano verde, en igual utilizaron una piedra ovalada que tenia en su centro una cavidad regodeada para pilar el maíz, que machucaban con una roca semi redonda.


  El cachipo estirado y entrecruzado les sirvió parar amarrar sacos, hacer ensartas de huevos criollos, guindar los envases de taparo, en ocasiones para torniquetes.
Con caña brava, caña de camuare, bejucos de mamure, cuatro canales y penito, elaboraron y tejieron sus primeras sillas artesanales, también manufacturaron artesanalmente las negritas de trapo, muñecas de tela hecha a mano que eran rellenas con el mismo material usado en las cabeceras.


  Con un corozo y un pitillo de bambú improvisaron sus pipas o cachimbos para fumar tabaco y sus prendas fueron fabricadas con semillas de peonía, santa María, cachitos de la jabilla, guara guaro, colmillos de tigre y flores naturales. Los collares hechos con las semillas mencionadas, eran cocidos en agua hirviente y luego se le introducía una aguja con hilo para unirlas.


   Las diversiones infantiles eran cubiertas con juguetes tradicionales: los trompos fabricados del árbol del naranjo, las muñecas de trapo, los voladores, los carritos de madera, furrucos de semillas del mango, los juegos de pelotita de goma. Las pelotitas eran fabricadas con la sabia del árbol del caucho. La sabia era extendida sobre una superficie liza a la luz del sol, cuando este líquido pegajoso se secaba, se adhería a un limón o naranja tierna rodándolo en la superficie de la sabia seca. El líquido seco se pegaba al limón como una segunda piel, pasándolo repetidamente la pequeña bola aumentaba en grosor, hasta llegar al tamaño deseado.


  Con el avance de la sociedad muchas de estas tradiciones artesanales desaparecieron, hoy solo nos queda en algunas comunidades los utensilios de tapara, los pilones, los fogones y la autoconstrucción de bahareques.
  En Quebrada de la niña se inicio desde los años setenta un movimiento de aspecto de desarrollo artesanal, se fabrican piezas de arcillas, tallas en madera, tejidos, muñecas de trapo, muebles criollas, tejidas en fibras naturales y en especial la hoja de maíz.


 En Cachipal se registro un movimiento artesanal a partir de los años sesenta cuando el Italiano Luis de Santi fundó un aserradero. Los pobladores conscientes del beneficio que aportaba el taller maderero, lo aprovecharon de tal modo exclusivo que todavía a mediados de los años 1980 el Caserío de Cachipal parecía una carpintería gigante. Era un espectáculo ver en la orilla de la vía nacional en el pueblo de Cachipal, ringleras enteras de artefactos de madera: sillas, mesas, taburetes y camas. Con la entrada actual restringida al Aserradero por parte de los pequeños carpinteros artesanales y el alto costo de la madera esta actividad se extinguió, solo quedan unos pocos a medio subsistir tratando de lograr un crédito gubernamental para poder sobrevivir en el ambiente social que se ha tornado hostil para el artesano. En Cachipal vive “El Hace Mono” y Luis Minero, mientras uno moldea monos con barro común para comercializarlos por las calles, el otro mantiene la actividad tradicional de sus ancestros, sin embargo, la materia prima no la adquiere en el Aserradero Luis de Santi, la compra a segundas personas.


En Yaguaraparo la artesanía no ha tenido una secuencia que incremente su desarrollo, su imagen socio productiva la mantuvo durante muchos años con sus sillas de bejucos Cayené Villalard. En los años 1980 se creó un movimiento motivado por Jhosué Villarroel en el área de la talla en madera, capacitando en un taller de Tallas en madera a varios jóvenes locales, en esa escuela se formaron Javier Carballo y Marcelo Carreño.


En el área de la cestería se mantiene desde hace muchos años el Sr. José Tineo, el cual utiliza la caña brava para hacer cunas para bebes y cestas para guardar ropa. José Tineo esta presto a extinguirse, la mayoría de la gente ya no utiliza esta utilería domestica en sus casas. Tineo al no encontrar salida a su artesanía ha dejado de producir y por ende desaparece la tradición de tejido artesanal en la comunidad.


A pesar del tiempo la historia en el pueblo de Yaguaraparo sigue su inexorable rumbo, algo nos ha de quedar para alumbrar el camino perdido.

LAS FIESTAS DE SAN JUAN

     La fiesta de San Juan es una de las manifestaciones culturales de Yaguaraparo emanada de la tradición católica. se escribe que la misión capuchina dirigida por Fray Silvestre de Zaragoza fundador del pueblo el 12 de Noviembre de 1760, lo bautizó con el nombre de Nuestra Señora del Rosario de Yaguaraparo. Sin embargo, cuando fue inaugurada la iglesia actual se le adjudicó un nuevo patrono y se le asigno no se sabe aun porque a “San Juan Bautista”, la fiesta se celebra el 24 de Junio, pero generalmente se efectúan cuatro días de fiestas. Para la década de los 80 se fundó una junta organizadora de la fiesta y desde ese entonces se ha denominado “Feria Popular de Paria”.


En épocas pasadas al celebrar el día de “San Juan”, Las adolescentes se cortaban el pelo para que la crecieran más abundante y lozano, hembras y varones estrenaban trajes nuevos; desde otros lugares Traían al pueblo los parques de diversión, los “Bazares “constituidos por negocios de quincalla y útiles domésticos (platos, cucharas, tazas, ollas, etc.), en estas manifestaciones el algodón de azúcar nunca faltaba; “el palo ensebado” era un halcón de madera de aproximadamente cuatro a cinco metros de altura, enterrado en su base en forma vertical con una recompensa en lo alto de su copa, quien se ganaba el premio era uno de los últimos competidores a medida que la grasa se le iba quitando causado por los intentos anteriores, otras manifestaciones era “El cochino encebado”, huevo en cuchara, carreras de burro y de saco, las riñas de gallos era otra de las diversiones que entusiasmaban a los pueblerinos.

La tarde de litros de vino, juego que consistía en realizar una pirámide de botellas con un litro en lo alto de la pirámide donde se colocaba generalmente un billete de 100 Bs. Las personas trataban de acertarle al litro con rosquitas de madera. Otras recreaciones socio culturales eran denominadas como: la bateita, la guadaña, ruletas y otros juegos de azar aparentemente inocente como: calle larga y calle corta entre otras.

En este movimiento alegre y bullanguero siempre estaban presente el cotufero con su carrito y sus cotufas calientes, el heladero con su carrito de tres ruedas que lo denominaban “palero”, la vendedora de empanadas, la del sancocho y más reciente entre las celebraciones patronales el pollo asado.

El cura no cesaba de hacer bautismos de párvulos, a “fuerte cada muchacho, (un fuerte eran cinco bolívares), toque de Campanas realizado por vivarachos monaguillos especializados en el ¡ding! ¡dong . Esta actividad costaba un bolívar, paga que se realizaba a la salida de los fieles del templo.

El día de “San Juan” muchos pobladores efectuaban sus fiestas, pero era mal día para los préstamos, porque la deuda se pagaba cuando “San Juan agachaba el dedo” y eso nunca ocurría, por lo tanto se tenía como refrán de algunas cosas difíciles o imposible de suceder. “eso será cuando San Juan agache el dedo”.

Hoy las fiestas de San Juan se han modernizado, lo que se escucha por todas partes es minitek, elección de reinas que divide a los sectores del pueblo, una que otra orquesta a precios casi inaccesibles, ron y borracheras por todas partes y los comentarios maliciosos que nunca faltan “se robaron los reales”.

RÍO CLARO

Paseo obligado para nativos y visitantes de Yaguaraparo era el “Río Claro” ubicado al noroeste de Yaguaraparo, con yacimientos en Quebrada de Piedra, desembocando en el Río Yaguaraparo, frente a la pasarela.
Su nombre deriva porque tiene un corto recorrido sin vertientes y por lo tanto sus crecidas son pocas, sirviendo como afluente de drenaje a las aguas de haciendas de cacao que quedan en sus adyacencias. Por muchos años el “Río Claro” ha dado beneficios a Yaguaraparo. En el siglo XIX sus aguas sirvieron para la construcción de un central azucarero al estilo moscabado y de tramo fluvial para transportar las cosechas agrícolas, ubicado en el otro lado propiedad de Don Alonso Ruiz Moreno, quien fuera padrastro del Dr. Juan Manuel Cajigal.

          A sus orillas crecían lozanos bambúes, jabillas, mangles dulces y toda vegetación de sotobosque, en igual también se desarrolla el cultivo de cacao, frutos y rubros menores.

Los jóvenes y adultos se bañaban en traje de Adán en la poza de los hombres que quedaba discretamente ubicada un poco distante y al norte del puente de río claro, las mujeres se bañaban a una distancia mas prudencial a la poza de los hombres. En esos tiempos utilizaban trajes de baño denominados Fustán.
Los fines de semana nunca faltaban los famosos paseos denominados “ribotas” como también los “convites” especie de picnic pueblerino que era organizado por un grupo de amigos varones o hembras para hacer un sancocho de pescado, hervido de gallina ó un arroz con coco.
Cada quien otorgaba una porción de alimentos, mientras el contenido del bongo (olla de aluminio) hervía en la fogata. El grupo generalmente joven, si eran acompañados con jovencitas eran asistidos por las viejas con “cuatro ojos” vigilantes siempre de su muchacha. Estas se bañaban en la posita escogida por efecto en un recodo del rió con playita de arena.
Las ribotas sabatinas y domingueras comenzaban en la mañana y terminaban bien entraba la tarde río arriba. También era ocasión especial el convite de amigos jóvenes o viejos a río claro. Este consistía en ponerse de acuerdo un grupo de amigos para pescar “querepe y coscoroba” y langostinos de río. El equipo estaba constituido por un tipurero, dos o mas arreadores, un “guatanero y un sancochero”.
El guatanero traía los pescados al sancochero quien se encargaba de buscar la leña, juntar tres piedras en forma de triangulo para el fogón y si no había piedras, enterraban dos horquetas con un palo atravesado para sostener la olla por el asa. Luego de alisar la candela pelaban la verdura y se dedicaban con ansiedad a esperar los pescados de mano del guatanero.
Después de una pesca prudencial los convidados se convertían en comensales del sancocho con bastante ají, limón y botellitas de ron que siempre estaban presente en estos eventos sociales. Al terminal el convite se contaban entre compañeros cachos o cuentos, chascarrillos y aventuras personales.

En el encuentro de los dos ríos “Claro y Cumaná” se hacia una poza honda y grande, allí siempre llegaban bañistas de pueblos circunvecinos. Un compositor compueblano, Octavio Salazar Mitre escribió una canción que mencionaba a Río Claro:


Me gusta Yaguaraparo
Por su valles y montañas
Y sus bonitas muchachas
Que en el Río Claro se bañan.

Hoy Río Claro ha perdido mucho sus encantos naturales, sus aguas han sido contaminadas por la urbanización, partes de sus riberas han sido deforestadas y taladas sus jabillas, bambusales y manglares y hasta sus riveras tienen dueños.

EL CANGREJO AZUL BARROSO

Originario de los manglares de Yaguarapro, el cangrejo playero o azul es de un gusto muy apetitoso por muchas personas.
Se prepara con bastante aliño, pimienta, picante y es denominado “pelado de cangrejo”. En igual manera lo hacen en sancocho, asado, etc. Se diferencia del cangrejo criollo que es de color marrón y sus pinzas son pequeñas. Pero el cangrejo playero tiene “pinzas” bastante desarrolladas y su color es azul barroso como el barro del mangle.
A inicios de la época invernal o de lluvias se organizan pequeños grupos de jóvenes para salir a cazar el cangrejo azul. Al retumbar los truenos los cangrejos salen de sus cuevas y comienzan a vagar en todas direcciones.

         Esta acción es aprovechada por los cazadores para atraparlos fácilmente. En ocasiones tienen que cazarlos entre sus propias cuevas, donde tienen que meter todo el brazo y parte del cuerpo para poder agarrar el cangrejo que se hunde cada vez más en el fondo del fangal.
En las tardes regresan extenuados y cargando sobre hombros sacos de pita repletos de estos crustáceos, los que no llevan sacos los colocan en ristras sujetos por bejucos “Chaco de Puerco” o cachipas de banano

En las noches sombrías y de luna llena, una larga, suave y dulzona fragancia a cangrejo asado se expande por toda la población, incitando a saborear aquellas pequeñas presas, incluso el chupado de sus patas que dejan en el paladar un exquisito sabor de dulce nostalgia.

“Pelado de Cangrejo Azul”
Ingredientes: 12 Cangrejos, 1 Kg. de cebolla, ½ Kg. de ají, 4 cabezas de ajo, pimienta al gusto, 8 tazas de agua, aceite comestible, adobo, 1 Kg. de arroz y cilantro.
Proceso de cocido: Lavar bien los cangrejos, pasarlo por agua caliente con vinagre, se machacan las patas y las muelas. Se toman las patas y muelas con la pechuga del cangrejo y se echan en el cardero, mezclándolos con los ingredientes. Se coloca al fuego hasta que se guise bien, para agregarle el arroz con el agua, revolviendo de vez en cuando hasta que el arroz este blando.

Hay que servirlo humeante y caliente para que no pierda el sabor originario de esa presa exquisita de los Caños de Yaguaraparo.
         El cangrejo también se puede asar sobre brazas. Una de las virtudes más sabrosa del asado, ¡Válgame la redundancia! es el chupado de sus pinzas y patas.

La Cosecha de Mango

En los meses de mayo a junio ofrece la natura la cosecha de mango en Yaguaraparo, al pintonearse los primeros se organiza la búsqueda del fruto tropical hacia las haciendas de los “bajos” de San Isidro, la vuelta del tanque, Joselito y San Agustín, como también hacia el fundo San Juan y la Chivera en el otro lado ó a la hacienda del viejo Pesé (fallecido). Los muchachos “tirapiedras” con sus chinas afinaban la puntería para derribar el mango pintón de lo alto del árbol.
        Cuando se incrementaba la cosecha, nutridas caravanas de pueblerinos salían de madrugada a buscar libremente y en cualquier hacienda los mangos. Los madrugadores escogían los mejores y otros iban recogiendo los que iban goteando, a veces cuando llegaban retardados y no conseguían el fruto en el suelo, lanzaban palos al árbol con la intención de llenar el bongo (olla de aluminio), el saco, el mapire o una lata de leche. Muchas veces se improvisaba una bolsa formada por la franela o camisa con un nudo en el extremo inferior sujetada a la barriga.

         En esos tiempos de extrema nostalgia nadie compraba un mango en Yaguaraparo (1960-70 y parte de los ochenta), habian tantos que sobraban. Este árbol productivo representaba mucha sombra para las plantas del cacao.

         El mango se utiliza desde el verde para hacer el carato ó la jalea y el maduro para la “teta de mango” que era aporreado con lo primero que se tuviera a la vista, puertas, horcones, maderos, paredes o simplemente con el puño cerrado.

         La costumbre de buscar mangos en la cosecha existe todavía, pero ya no tiene el mismo carisma de antes, los hacendados no permiten libremente la búsqueda del fruto en sus fincas por la desconfianza del robo. En esos decursos pasados la gente respetaba mucho y no existían esos temores en los productores agrícolas.

       Marcos López observaba como su vecino observaba a una de las jovencitas de su amigo Bautista Caraballo y cuando la veía muy “refistolera” comentaba en voz baja:
Marcos López: “En esta cosecha de mango se le sale la hija al amigo Bautista” y así sucedía.

      Era escena común ver en la calle a muchos chiquillos de barrigas infladitas, signo de presencia de diversos parásitos, pies descalzos, semidesnudos o totalmente desnudos, bañados en melaza de mango de pies a cabezas y en las manos uno o dos dándose un suculento banquete de mango maduro.

Las calles del pueblito se adornaban con una extensa alfombra de conchas y semillas amarillezcas. En ese ambiente pueblerino pululaban cerdos domésticos, burros, gallinas, perros callejeros e insectos, los cuales reflejaban un ambiente aldeano a Yaguaraparo.


LA ESCUELA DE AGUSTIN MIEREZ
         Al hacer memorias de algunos hechos históricos de la localidad, emergen nostálgicas las reminiscencias de una iglesia en ruinas, espejo indirecto del mejor momento del esplendor cristiano en la comunidad. Así es como surgen efímeros los recuerdos del trajinar de los obreros frente a la iglesia que reparaban, el trepidar de las maquinas al batir el concreto y el olor del alquitrán que derriten para pegar las juntas del techo de asbestos, esa actividad de construcción trae a la memoria la escuela que funcionó diagonal a la iglesia, siendo su creador y educador un hijo del pueblo de Yaguaraparo, Agustín Mierez, quien decía ser familiar del ilustre Dr. Juan Manuel Cajigal.

     Agustín Mierez fue un maestro infatigable, de una gran sensibilidad social, supo aprovechar con inteligencia a cada uno de sus alumnos y extraer el mejor partido de sus vocaciones. Es de hacer notar que cada alumno tenia un seudo nombre que se adaptaba a su condición, como por ejemplo: Brigidito, Relé, Aquiles pajarito, Chimingo, Lambá, Canapé, Ismael el “Pata de Palo”, etc.

         Es quizás la herencia del educador, lo que distingue al maestro entre sus discípulos. Sus grandes dotes demostraron que fue el maestro de ayer con muchas de las normas actuales esparcidas a lo largo y ancho de esta nación y específicamente en los Estados Monagas, Bolívar, Anzoátegui, Nueva Esparta y Sucre. En estas regiones venezolanas están esparcidos los discípulos del extinto Maestro Agustín Mierez, quien fuera absorbido por la fiebre del petróleo. Agustín Mires atravesó el Golfo de Paria, El Caño de macareo, La Barra de Maturín y recorre el caño San Juan. Los manglares son mudos testigos de su aventura y es allá en Caripito donde arriba el maestro bonachón e inteligente, ahí toma sus trastes y se da a la tarea de continuar enseñando.

        Los tiempos cambian, la edad avanza en el educador, surgen nuevas escuelas y nuevos maestros, el petróleo se adueña de todo, surgen las ofertas de los Jefes Civiles, de los personeros de la industria petrolera y todo ese enjambre que se engulle todo lo bueno. Allí pone su fin el educador, así acaban todas las cosas buenas y en ese medio lleno de angustias inquietantes esta el lemur inexistente de Agustín Mierez, una luz ciega que se extinguió hace muchos años atrás, pero que sigue viendo con los ojos del alma a sus discípulos que recogían mangos y almendrones frente a la iglesia de su querido Yaguaraparo.

TORO AL MATADERO
             Todavía en la década de los setenta se podía contemplar uno de los espectáculos más emocionantes en Yaguaraparo, era la llegada del “Toro al matadero” ubicado anteriormente cerca de la antigua capilla católica en el sector “la Playa”


Generalmente “los patrones” que practicaban la producción de ganado vacuno, quedaban ubicados al otro lado del río Cumaná en lo que se denomina hasta hoy el Alto, la Chivera, los Palmares y la Sabana de Venturini. De esa parte traían el toro o cualquier otro vacuno.

Cruzando el río arreaban el toro amarrado con un mecate que le rodeaba el cuello y con otra cuerda que generalmente iba sujetada a la pata derecha, el toro era alado por uno o dos hombres y auxiliados por otros dos que servían de sostén y empuje.

         Al cruzar el río comenzaba el espectáculo. ¡Cuidado con el toro! Era el grito común, viejas y mozas corrían a cerrar las puertas de sus casas por temor a una embestida del toro. Una que otra vez el toro se resistía y para que continuara su avance los arrieros “Facho” Caraballo, Geraldito Boada Oliveros o el “granero” lo arriaban con una garrocha con cargas de pilas que le propinaba descargas eléctricas. En esta marcha el toro seguía el recorrido por la calle Bolívar, doblaba a la derecha en la plaza Bolívar por calle Padilla, continuaba a la izquierda por calle Carabobo, a la derecha frente a Teodoro Boada, Bomba San Juan, la pesa y finalmente terminaba su recorrido en el matadero donde era amarrado muy corto, pegado a uno de los postes preparados al efecto “Botalón”. En la madrugada era sacrificado y trasladado en trozos a la pesa.

         Lo pintoresco del hecho es que durante el recorrido del toro una chiquillada en números variables de acuerdo al día y la reacción de la escena del toro al matadero, iban detrás de los arrieros chillando, saltando, gritando, unas veces acercándose, otras alejándose, esto llegaba a lo extremo cuando el toro se soltaba de sus captores, la chillería era tremenda. No faltaba Brigidito Méndez que con una camisa de color rojo en sus manos servía de torero para facilitar la lidia de llevar el toro al matadero. Al paso de los años una variante de pequeños criadores sacrificaban las reses en sus fincas para luego llevarlas al mercado.

Para el año 1995 se construyó “la vaquera de Mundo” en el Caserío “Los Palmares” y esta construcción extinguió por completo una tradición que hoy contribuiría, como en España, atraer a muchos visitantes.


LA CASONA DEL MAESTRO CELESTINO
        Frente a la plaza Bolívar, estaba una casa (1970) a punto de derrumbarse. Se veían sus paredes agrietadas, el techo cimbrado por el peso de los años, carcomidas sus vigas por colonias de “comejenes” y otras alimañas que eran sus únicos habitantes. Las puertas destartaladas, sin embargo todavía firmes eran sujetas por bisagras antiguas que crujían al impulso del viento.

         En esta casa se estableció la primera panadería. Allí se amaso el pan que sustento a la población. En esa panadería se cocino el mejor pan, la mejor rosca y el mejor golfeadote de la comarca.

En esa casa nació Celestino Ramírez, maestro de las palmetas, correas y sentencias, los pellizcos y jalones de orejas, Los granitos de maíz en las rodillas, las piedras en las manos y de los tantos otros recursos que en aquella época disponían los maestros.

         En ese local se enseñó gramática, aritmética y urbanidad, había que aprender las lecciones con todos sus detalles, empleando buena pronunciación, puntos y comas, y ¡ay! de aquel que se equivocara con Miguel Ángel Granados o que diera unos traspiés con Pitágoras por que caía en unas de las sensaciones preestablecidas por el maestro.

         Esto dio como resultado que los estudiantes de esa época estén hoy ocupando cargos prominentes en el gobierno, industria y comercio.

Fue Celestino Ramírez, además de educador de primaria, maestro de música. Están dispersos en la República, muchos músicos salidos de esa escuela que funcionó en esa casa hoy a punto de caerse. Este maestro fue testigo de buenos momentos y malos ratos para muchos Yaguarapareros.

         En las noches de luna, cuando reina la tranquilidad que los pueblos de provincias tienen, los transeúntes desvían la ruta para no pasar junto a la añosa vivienda. Algunos trasnochados comentan que en ella se oyen ruidos, gritos correr de muchachos, deletreos y cantos escolares. Dicen que en las noches muy oscuras siente el tronar del oro, de las monedas que saltan al ser amontonadas, comentándose que todavía permanece oculto en las paredes de esa casona majestuosa, el entierro de Pánfila, pero lo cierto es que esa construcción, en pleno corazón del pueblo, está a punto de derrumbarse. Vale la pena su valorización y reconstrucción para la creación de un museo histórico en Yaguaraparo.



JUEGO DE PELOTICA DE GOMA


Todavía en la actualidad los niños de Yaguaraparo juegan la Pelotita de Goma en sus calles y Ríos

¡Vamos a jugar pelota! Era la invitación de la tarde en tono de desafió de un líder nato a otro de esos jefecitos de grupo.
Muchacho 1: ¡Bueno escoge tú liga!
Muchacho 2: (aceptando el reto) Si es así, vente con mi liga “fulano” y “sutanejo”, tu “minganejo” y “perencejo”.
Muchacho 1: Este se va para mi liga.
Una vez completados los equipos comenzaba el juego, jugadores flacuchentos, gordos, desnudos y descalzos. Generalmente los líderes eran dueño del bate de juasjua (Bambú) y la pelota de goma, escogiendo para jugar playas de arena que eran formadas por la crecida del río. Allí se iniciaba el juego de pelotita de Goma que era elaborada con la goma del árbol de caucho. Las bases se señalaban con hojas, tallos u otros desechos, primera y Jon si los equipos no estaban completos. Si llegaban más muchachos se añadían la segunda y palo y palo.

Si un equipo iba perdiendo por cualquier detalle, se formaba la “san pablera” y los juegos “caimaneros” terminaban en una zaparrada de golpes confusos para enemigos y amigos del momento. Después de la pelea muchas veces “gallaperas” un baño en el río claro y a prepararse para ver películas gratis en la pared de la casa de Marianita frente a la plaza Bolívar ó a colearse en el cine “El Principal” de Vicente Borgo.
El Cine Principal es la casa ubicada en la Esquina, demolida en el año 2011
Cuantas amistades surgieron de esos juegos de pelota a orilla del río, frente a Campo Obrero. Verdaderamente es un buen recuerdo del pasado. Quisiera que nuestros jóvenes y adolescentes pensaran en cosas como estas en la actualidad.

LOS CUENTA CUENTOS
Los cuenta cuento eran personajes discretos, ágiles de palabras y con una memoria genial, inspirada en cualquier ocasión para descargar una extensa imaginación, irradiando con picante soltura una rica creatividad, justificada por leyendas, chascarrillos, cuentos, desorbitadas mentiras y la exageración de hechos acontecidos en la realidad.
La mayoría eran personas de avanzada edad, habitantes del pueblo o que bajaban de la zona montañosa. Los cuenta cuento ejecutaban sus manifestaciones en Velaciones de difuntos, Velorios al Gran Poder, Fiestas diversas y a la Cruz de Mayo donde narraban con gran maestría, soltura, suspenso y picardía emocionante lo que en aquella época se conocía como “el cacho”.
-¡Oye Macario cuéntame un cacho!
-¡horita no Maria Matilde, estoy cansao!.
-¡No seas maluco! Anda cuéntame el de la sombra Veranera, ese de espanto que hace temblá la tierra.
-¡Ay muchita! No sabes que eso no se puede contá, mira que la sombra Veranera le sale a uno por debajo de los pies y se le trepa encima pá reventalo.
-¿A ti no te ha salió Macario?
-Si, fue una vez allá en el paso e Gancho Seco y a plena luz del sol, yo venia solito, cerquita de la poza el mango, entre la hacienda del Sr. Bermúdez y cuando pase cerca del atolladero sentí un escalofrió que se me metió hasta en lo profundo del alma, alli mismito estaba, frente de mi.
- ¿Y como era Macario? ¡Cuénteme! ¡Cuénteme!
-¡No mijita! Claro que no la vi por que ese espanto es una sombra, por eso le dicen ¡la sombra veranera! Yo lo que hice fue que le di varios chaparrazos a mi burro, pero este lo que hizo fue “corcovear” y tumbarme del sillón, salio como alma que lleva el diablo.
-¡Ay! Te diste duro cuando te caíste.
-Claro que me di, ¿Qué tu crees?
-¿Y el espanto?
-No tuve más remedio que párame toito bañao de charco y corre como el mismo mandinga cuando le van ha hechá agua bendita, ¡pero sabes una cosa!
-¿Cómo que? Dime.
-Ese espanto venia tras mis pasos.
-Jesús Maria y José.
-Yo sentí que la tierra temblaba como mazamorra de maíz caliente y sus pisadas sonaban como tambora en fiesta de borrachos.
-Y te alcanzó.
-Claro que no, tu crees que si ese bicho me hubiera agarrado yo te estuviera contando esto, pero si pase como un mes dándome calentura día y noche.
-¡Virgen Maria
Quieres que cuente lo que le pasó a Juvenancio con la sombra veranera.
-No.
-¿Por qué no?
-Tengo miedo, mejor me voy para la casa.
-Ujun ¡te cuento un cacho!
-No, mejor me voy.
-Bueno será otro día.
-¡Adiós!
-¡Adiós!
Un cuenta cuento era un ornamento esencial que en igual se podía localizar en las esquinas, calles, mercados y plazas públicas. La mayoría de sus ocurrencias atraían poderosamente a los pueblerinos que embelesados buscaban con ansiedad un lugar donde ubicarse lo mas cerca posible del cuenta cuentos para escuchar encantado lo que en aquel tiempo parecía entrar en la realidad.
Todavía quedan vestigios de estos teatreros de calle, contadores de ¡cacho!, en las personas populares de Antonio Carreño “totuma”, Poncio Urbaneja y Chapo. (Los dos primeros fallecidos)
Chapo uno de los cuenta cuentos mas genuinos del pueblo de Yaguaraparo.
Con el transcurrir el tiempo, el pueblo se saturó de novelas vaqueras, suplemento, la TV, la radio, el cine, el VHS, el PC y últimamente el DVD. Esto Ocasiono la perdida irremediable del “Cacho” y con el se extinguieron la fábula, el mito y la leyenda, las cuales fueron en el pasado un estandarte figurativo para la imaginación y recreación de la gente.

GALERÓN YAGUARAPARERO
Mauro Espinoza: El Vidor de Chorochoro, Galeronista decimista
Para los años 1930 la composición y el canto del Galerón ya eran parte de las tradiciones populares de Yaguaraparo.
Galeronistas y decimistas.
Los Margariteños enriquecidos con una tradición poética originaria de sus ancestros, fueron los que introdujeron esta manifestación folclórica en el pueblo. Con el paso del tiempo la gesta pueblerina enriqueció esta manifestación cultural con el incremento tradicional de la celebración de la Cruz de Mayo y El Gran Poder.
Evelio Errira: El cimarrón, Galeronista Decimista
En la práctica surgió el compositor y el cantor que en la improvisación tenían que ser exacto en la composición, tono de canto, la cadencia, métrica, lírica y rima, además tenia que realizar estudios personales sobre la historia universal y nacional, tener conocimientos generales sobre la Biblia o lo religioso, mitos, fábulas y leyendas era el plató favorito de los cantantes de la época.

Cuando se celebraba un evento de esta índole, La Cruz de Mayo o el gran poder, hacían altares especiales que adornaban con dedicación y esmero. El evento de la Cruz de mayo la celebraban en la Capilla del sector la Playa y caseríos de la jurisdicción en casas destinadas anualmente para efectuar la fiesta del 3 de mayo que duraba dos o tres días o mas según fuera la animación de los asistentes.
La cruz era adornada con pliegos de distintos colores de papel piñata, el altar consagrado al evento socio cultural lo ataviaban con flores silvestres y palmas que el cura bendecía.
Florentino Reyes: El relámpago de Oriente, Galeronista Decimista, 
En esta fiesta de tradición popular la gente bailaba, cantaba, comían y se echaban el palo de aguardiente compuesto. Las amas de casa acompañadas por hermosas mujeres bien trajeadas y maquilladas preparaban para el publico presente los exquisitos hervidos de gallina criolla y los suculentos guisos de pato criollo, arepas “Domplinas”, arepas de maíz “raspado o pilado” que le decían: “Arepa de maíz pilao o arepa de maíz raspa”, además se servían las crujientes y delicadas morcillas, el chicharrón domestico, café, carne asada y sancochos del mejor pescado fresco traídos por los pescadores del Golfo Triste. Todo el espectáculo representaba a un pueblo unido por lazos de alegría, amistad y cariño, donde cada persona colaboraba desinteresadamente y sin maledicencias.

En la mayoría de estos actos la gente amanecía entusiasmada por el calor de la fiesta, los cantantes y las muchachas bonitas. El espectáculo era un encuentro culto social que lo realizaba la comunidad en cooperativa masiva con la intención de recrearse y dar de gracias por las buenas cosechas agrícolas y su abundante producción.

El acto del Gran Poder de Dios era realizado para pagar una promesa en deidad con el santo.
Los deudores de promesa seleccionaban un día especial, invitaban a los músicos, galeronistas y allegados para ejecutar el acto. En el día de la fiesta los deudores se trasladaban antes del amanecer a buscar el gran poder de Dios, que debía de estar a tempranas horas en la casa destinada al evento cultural.

La fiesta arrancaba cuando traían al santo, el recorrido comenzaba con la compra de las botellitas de ron y una parranda acompañada con cuatro, tambor y maracas. Las mujeres se levantaban temprano para organizar el altar y hacer los preparativos de la fiesta. Las bebidas eran preparadas con anterioridad, para los hombres el aguardiente caña blanca, Villa Teresa, El Paují y los compuestos: la piñita, ron con ponsigué, el singa parao, la canelilla y el canelón. Para las mujeres preparaban la “Leche Burra” un ponche crema hecho en casa especial para esa ocasión.

El altar era construido con paredes enclenques de caña brava, bambú o maderas, reforzado en su interior con sabanas azules que representaban el cielo donde guindaban ciertos adornos que caracterizaban el evento: estrellas plateadas, lunas, sol y muñecos de angelitos, se tejían guirnaldas de flores que eran arrolladas con estética sobre palmas y otros adornos como las bambalinas de papel piñata que denominaban “Nidos”, dándole un toque inolvidable a estas manifestaciones originarias de la comunidad.

Las mujeres que cantaban galeron entre ellas la finada “Minadora” y la Negra Tota Urbaneja “La Paraulata” vestían un traje especial, luciendo sus mejores joyas de oro y plata, incluso se adornaban con flores silvestres y vistosos maquillajes, utilizando en ocasiones el colorante del achote natural (onoto) para ruborizar sus mejillas.
Tota Urbaneja: La Paraulata
Acompañaban a los galeronistas los músicos populares que sin haber tenido maestros y enseñanzas de música, habían aprendido observando y por tener lo que ellos decían, oído musical. Los instrumentos musicales que usaban era el cuatro, la mandolín, y rara vez las maracas.

Decimistas de Pasquines.
En los años 1950 aparecieron los decimistas de pasquines, que inspirado por algún hecho curioso ocurrente o enajenante se le encendían la chispa y componían sus décimas a ocultadillas y luego las deslizaban a altas horas de la noche, por la parte inferior y/o rendijas de las puertas cerradas de las casas. El mejor pasquinero era Orlando Morante, quien componían con gran soltura las decimas humorísticas.

Para los años 1980 surgieron los Galeronistas comerciales amenizados por minitecas, estas presentan un producto cultural extranjero que causó irremediable la desaparición del folclor de la Tradición de la Cruz de mayo y del Gran poder. El costoso espectáculo que genero en los años 80 celebrar estas dos tradiciones, aunado al cobro de los músicos y cantantes por su participación, termino por extinguir esta tradición del pueblo de Yaguaraparo.
Hoy la Cruz de mayo la celebran las escuelas del Municipio Cajigal, sin embargo no es ni una milésima parte de la ejecución de la tradición de esta manifestación socio cultural que se celebraba remotamente en el pueblo de Yaguaraparo y caseríos jurisdiccionales.
Las Escuelas municipales la celebran como un acto conmemorativo, hecho con exposiciones de cruces que son alegremente adornadas con flores secas, granos de cacao, maíz, flores artificiales, pinturas y de otros objetos que nada tienen que ver con la tradición originaria de aquellos tiempos, representando un símbolo pop moderno que opaca nuestras manifestaciones colectivas.

LAS REZANDERAS
Durante muchos años y desde los tiempos memorables de Yaguaraparo han sido las rezanderas mujeres abnegadas que han ejercido esta piadosa profesión. Esta faena nace del catolicismo ya que sus integrantes son devotas consagradas de la iglesia Apostólica Romana.
Llegada la tarde se preparaban con gran devoción, vestidas de negro con velos cubriéndose la cabeza y brillantes Rosarios engarzados en las manos se dirigían silenciosas a realizar su caritativa misión.
Al llegar las rezanderas al sitio del Velorio o Velación todo el público presente enmudecía. Los cuenta “cachos” especialmente los de chascarrillos, comunes en estos eventos se alejaban esperando que terminara aquel servicio fúnebre, para luego volver a su actividad cargada de cuentos picantes y obscenos; los jugadores de domino y truco recogían las herramientas de juego y las guardaban, los juegos juveniles: el “ciprés, la botellita y el pañuelito” se terminaban para darle inicio al rezo, que duraba dos o mas hora a partir de la 7:00 de la noche.
Después de terminal el rezo repartían cigarros, el ron compuesto del paují o la “caña blanca”, el café o la bebida de cacao en toda su pureza acompañado de media galleta, al culminar la comilona que era esperada con ansias, continuaba el ritmo pueblerino en la celebración de la velación.
Estas rezanderas iban donde les requería, incansables subían y bajaban montañas, en burros, mulas o a pie, no temían a las mas fuertes tormentas o a la noche mas oscura, alumbrando caminos escabrosos con mechones, velas o linternas para cumplir con su labor durante nueve largas noche al difunto, rezaban por su alma y su eterno descanso. Una de las rezanderas más famosas y buscada frecuentemente en Yaguaraparo es la señora Carmen Monasterio.

LOS CURANDEROS
Angel Caraballo: Curandero botánico
En los años 1910 y hasta los setenta, los médicos en el pueblo eran escasos, muy poco frecuentaban a las comunidades y caseríos adyacentes al pueblo. Para llegar a estos caseríos había que trasladarse por “caimaneras” (Trochas) en burros o caballos.
En los campos montañosos, caseríos lejanos como Gancho Seco, Las Palomas, San Agustín o La Horqueta de Mata Chivo, los herido por armas blancas y de fuego, caídas, mordidas de serpientes enfermedades graves y cuando la partera no podía realizar con normalidad el parto de una compueblana, estos eran bajados en “hamaca”, un duro trabajo, pues tenían que descender y subir por peligrosos caminos, atravesar cientos de paso de ríos aun estando estos crecidos. Una jornada que reclutaba hombres de caserío en caserío hasta llegar a Yaguaraparo.
La algarabía era inquietante mientras a hombros cargaban la valiosa carga humana, iban a paso ligero sudando copiosamente y empinándose la botellita de ron paují para “agarrar brío”, calentar las piernas para aligerar el paso y obtener mejores energías. Algunas personas trasladadas en hamaca no aguantaban y morían en el trayecto, casos de mujeres que parían a la mitad del camino y de otras personas moribundas que los llevaban en igual modo a Río Caribe, por la carencia de médicos en el pueblo.
Debido a la ausencia de médicos y lo difícil que se hacían las consultas, los pobladores en general comenzaban a buscar otros medios de cura, optando por destinar en sus creencias y cultura las curaciones milagrosas, creándose esta manifestación de curas domesticas asistida directamente por: curanderos, yerbateros, sobadores y brujos. Estos se dividían en dos grupos: los curanderos, yerbateros, sobadores y los brujos. Los curanderos, yerbateros y sobadores sanaban por medio de oraciones, sobaban torceduras, curaban mordeduras de serpientes, insectos y animales rabiosos. Preparaban ungüentos, “medicinas” domesticas o “remedios caseros” compuestos con hiervas aromáticas y arbustos medicinales.
Eran los más buscados para diversas ocasiones aun para la cura de enfermedades infantiles, culebrillas, el mal de ojo, “la disípela” etc., usuales utilizaban oraciones y otras rarezas como el “santiguado” que era ejecutado con ramas de hoja de piñón, catuche u otras para liberar a las personas del mal, hechizados por una brujería maldiciente.
Los brujos sacaban y echaban daños, fumaban el tabaco, amarraban al ser amado o para conseguir una hembra o varón. Los brujos a diferencias de los curanderos, ensalmaban y extendían recetas místicas y misteriosas, con algunas de ellas enviaban a la gente a comprar un centavo de tierra a un muerto en el cementerio, con la intención de lograr bienestar personal.
Para dedicar sus ritos levantan altares que le dedican a Maria Lionza, al Negro Primero, Guaicaipuro, la india Tana, El Chupaguara, las Tres Potencias, José Gregorio Hernández y a muchos otras deidades paganas, últimamente han incluido en este amplio repertorio al Gran Libertador Simón Bolívar.
Decían en el pueblo que estas personas conjuraban un pacto con el diablo y en ocasiones se convertían (las brujas) en pájaros negros para salir en las noches a chupar a sus agresores y enemigos, los varones hechiceros se transformaban en “tigres palenques, perros monos, gatos” u otros por medio de oraciones para cometer sus fechorías.
Parte de la historia de los curanderos y rezanderos pertenece a la época de los milagros, transcurso en el cual acontecieron muchos hechos históricos y maravillosos, que los habitantes denominaban “Milagrosos” muchos de estos eran explicados con detalles y respeto, en especial los que eran realizados en horas nocturnas por el extinto Dr. José Gregorio Hernández.
Los yerbateros o brujos consumados, antes de morir y en el lecho agonizante, le pasaban sus poderes sobrenaturales al hijo mayor, una oración ultra secreta que no les permitía descansar en paz hasta no haberlo enseñado a su primogenitura.
Aun al pasar del tiempo estas tradiciones se mantienen vigentes en el pueblo, el avance incontenible de la ciencia y la tecnología virtual no han podido borrar de la memoria del pueblo esas manifestaciones del quehacer cultural criollo.

LOS COMPONE MUERTOS
Sra Beda: Compone diguntos en manera tradicional
Iguamente como las rezanderas, los compone muertos hacían valer sus derechos de sucesión al expirar su tutor, este era sucedido en forma tradicional por su ayudante ocasional o nexo familiar, que adquiría todos los conocimientos y la práctica a lo largo de tan nefasta labor.
Los compone muertos exclusivamente eran dos o tres en la población y cuando fallecía una persona del pueblo o sus adyacencias, alguno de los compone muertos eran buscados ligeramente, trasladado hasta la residencia del difunto con la misión de limpiarlo, coserlo, taponarlo, inyectarle formón, peinarlo, maquillarlo y vestirlo.
Este evento mortuorio era asistido por costureras para difuntos, mujeres con máquinas de coser antiquísimas, manejadas con manillas, realizaban el corte y confección de una bata larga, con la que vestían por última vez al cuerpo inerte del fallecido.

LAS PARTERAS
Antonia Aguilera: Partera
Eran mujeres adultas que practicaban el parto rudimentario (asistente de parto) siendo conocidas como “las comadronas”.
Surgen estas “parteras” por la carencia de hospitales, enfermeras y médicos activos en las comunidades. Estas parteras eran muy pocas las cuales eran buscadas consecuentemente.
En los primeros indicios de preñez los esposos enviaban una comisión a localizar a la “comadrona”, que iniciaba su labor con suaves toques al vientre de la embarazada, le sobaba la barriga, la cintura y el acomodamiento de la posición del bebé.
Cuando acontecía el parto, este se celebraba con canelón y porter.
En el pueblo la noticia recorría rincón tras rincón la nueva noticia.
-¿Qué dio a luz?
-¡Un varoncito!
-¿Quién se parece?
-¡Es igualito al “pay”! además es chiquitico, parece un “curarequito”, si tu lo vieras sacó la nariz de su abuelo Sebastián.
En el hogar la alegría brotaba incrustándose enriquecida en el paisaje aldeano.
-¡Oiga compay Bernardo tiene que brindar los “miao”!
-¡Cómo no! Venga échese este palo é canelón.
El porter era una bebida traída de la Isla de Trinidad, que se le suministraba a la nueva madre, para que se la hiciera según ellos una limpieza de vientre, acompañada de una dieta conformada con huevo de gallina criolla con ajos y hervidos de gallinas.
La partera siempre estaba pendiente hasta que la madre y el bebé estuvieran fuera de peligro.
Cuando las parteras estaban muy avanzadas de edad y no podía realizar su labor, enseñaba a su hija mayor o a su comadre de promesa, a quienes le encomendaba el trabajo de partera o “comadrona”.
Hacían juego con las comadronas las lavanderas que lavaban las ropas durante 40 días a la madre. Por este servicio le pagaban con enceres domésticos, en cambio solo le pagaban a las parteras “facultas” autorizada por el medico de ocasión.
Como Parteaba Carmen Carreño de Guilarte
Primeramente practicaba un periodo de revisión en el cual probaba cuando el niño adoptaba la posición correcta para el parto.
Luego realizaba el tacto con el dedo índice y si el dedo no tocaba la cría volvía a probar desde arriba hacia abajo sin molestar, hasta que el niño bajaba.
Cuando el niño asomaba la cabeza la Sra Basilia realiza un pequeño forcé a la vajina de la mujer para analizar el parto.
Al nacer el niño le cortaban el cordón umbilical midiéndolo con tres dedos de sus manos con una tijera esterilizada luego arreglaba a la mujer para dejarla lista en su cama.
Basilia comenta que a realizado aproximadamente 60 partos en diferentes caseríos y regiones de la parroquia libertad sin tener precio su traba ante de partear se encomienda a Jesucristo y la Virgen Maria arrodillada. Y cuando el parto es difícil utilizan la oración de la Virgen Del Valle.
Basilia comenta que hasta que no parteara no regresaba a su casa.
Dirección: Calle la Plaza s|n.

LOS ENTIERROS

Después del fallecimiento de muchos de los Ruices en Yaguaraparo y la marcha de sus descendientes de vueltas a España, surgieron otros colonos atraídos por la fertilidad de las tierras, surgiendo apellidos como: Gómez, Venturini, Borgo, los Felce y los Ravelo.
Surgieron en la faceta del ambiente pueblerino, “señores” de la época, compradores y fundadores de grades extensiones de terrenos, que al enriquecerse emigraban a otros lugares para disfrutar de sus fortunas.
Como no existían bancos financieros en aquella época, cuantiosas fortunas en oro (morocotas), plata y otras de cobre eran depositadas en baúles de madera de cedro, cazuelas o “tinajones” de arcilla cocida. Estas riquezas eran guardadas celosamente por sus propietarios, que a veces la enterraban en un sitio determinado y marcado “por si las moscas”.
Al fallecer de súbito por accidente, enfermedad, asesinado o por otra incidencia el tesoro oculto se perdía, quedando con el transcurso a expensa de quien lo encontrara primero.
A partir de los años 50 los entierros comenzaron a ser descubiertos en Yaguaraparo convirtiéndose en una tradición popular y terrorífica.
Para poder tener posesión de un entierro había que ser designado por el espíritu del difunto que había sido en otrora dueño de la fortuna enterrada. Comentaban que este desandaba en pena y para tener descanso eterno tenia que entregarle su tesoro a un elegido, pues el entierro pasaba a ser maldito si era guardado en las entrañas del suelo.
El difunto se le aparecía en sueños y visiones explicándole con detalles donde estaba el entierro y ciertas instrucciones para que su alma descansara en paz. Tenia que hacerle 30 misas después de haber sacado la pequeña fortuna. Otra razón para realizar las misas era de acuerdo a la riqueza en general del entierro.
Si el elegido no cumplía con el convenio, misteriosamente perdía fácil el dinero y quedaba en la ruina, algunas veces morían en forma misteriosa y en accidentes dantescos algunos de sus amados más cercanos
Este hecho asombroso y real pasó a ser una tradición en el quehacer cultural del pueblo y se fue extendiendo la fama del hecho folclórico en toda la región. Esta pasión fue dividida en dos maneras: el entierro maligno y el benigno.
El primero consistía en que tenían que ir dos o tres a sacar el entierro, convidados por el elegido, donde el muerto imponía las reglas:
“vayan dos y venga uno”
Ó “vayan tres y vengan dos”
El segundo entierro o el benigno se constituía generalmente en el de la 30 o mas misas.